A 25 AÑOS DEL ESTRENO DE CAMILA
El gran éxito de una película “de época”

Camila de María Luisa BembergPor: Javier Porta Fouz. “Hace 150 años los condenaron por amarse, hoy usted puede juzgarlos”. Eso decía el afiche de Camila, de María Luisa Bemberg, estrenada el 17 de mayo de 1984. Por supuesto que en la historia que contaba la película podían leerse aspectos de la recién concluida dictadura (y ecos antirrosistas y hasta antiperonistas), y que la sociedad estaba especialmente sensible e interesada. Pero aún considerando el contexto de la recién comenzada democracia alfonsinista, el éxito de Camila no deja de ser llamativo. ¿Cuántos espectadores vieron esta película, orgullosa de contar una historia del pasado remoto?

Respuesta: más de 2.100.000. La única otra película de ese año que superó los dos millones de entradas vendidas fue Porky’s, comedia colegial “picante”, una coproducción entre Canadá y Estados Unidos que encajaba bien con la onda del “destape” sin ser lisa y llanamente de explotación. Es decir, era una comedia en la que se veían algunos desnudos, pero no transcurría en un correccional de mujeres, o en un convento pervertido, o en demás ambientes típicos de las típicas películas para “valijeros”.

Una gacetilla del Museo del Cine de la Ciudad dice que por estos veinticinco años de Camila habrá una función-homenaje el viernes 12 de junio a las 20.00hs en el Cine Teatro 25 de Mayo (Triunvirato 4444), con la proyección de la película en copia nueva, y además habrá una exposición llamada “Camila: amor e intolerancia según María Luisa Bemberg”, que podrá visitarse ahí mismo, de 10 a 21hs, hasta el día 22. Las dos actividades son gratuitas. Pasado el aviso, aclaremos que la exposición consistirá básicamente en objetos del rodaje, fotografías y afiches de la película y algunos objetos históricos.

Si bien me gustaría ver la película en copia nueva y de paso echarle una mirada a la exposición, se me ocurría que el evento más tentador para acompañar la proyección sería el de reproducir desde ángulos diversos el ambiente de los ochenta, su zeitgeist, su  “espíritu de época”, que hacía que más de dos millones de espectadores fueran a ver Camila, o más de medio millón El exilio de Gardel o Sur. No sé, poner recortes de diarios, fotos de multitudes en los cines (en las enormes salas de esos años), las veredas llenas de gente a la salida (ahora casi no hay cines con salida a la vereda). O inventar de una vez por todas la máquina del tiempo. No creo que todo tiempo pasado haya sido necesariamente mejor, pero el recuerdo de películas argentinas exitosas, políticas y polémicas, vistas en cines que tenían salida a la calle, en otoños e inviernos más fríos que los actuales, me puso especialmente nostálgico (y aclaro que es una nostalgia de una época que no viví como adulto). Les prometo que para la semana que viene –Up de Pixar mediante– se me pasará.

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