HAY QUE VER PARTLY CLOUDY (Y, OBVIAMENTE, UP) |
Otro gran corto de Pixar |
Por: Javier Porta Fouz. Hay una queja muy extendida en los críticos de cine: ¡esta es la peor época de este arte! Hubo y hay excepciones, pero los críticos se han quejado, por ejemplo, en y de la época clásica de Hollywood (James Agee), y en y del cine mudo (Horacio Quiroga, que hablaba de agotamiento creativo en los años veinte del siglo pasado). Siempre ha habido malas películas, y algunas buenas. Dejemos la queja automática de lado y digamos que es una suerte ser contemporáneos de Pixar, que desde hace una década y media viene ofreciendo cortos y largometrajes animados para atesorar. |
Todo el mundo sabe que el jueves 11 de junio se estrenó Up – Una aventura de altura, en 2D y en 3D, que recibió una abrumadora mayoría de críticas positivas aquí y en todo el mundo. Sí, hay que ver Up. Es, como Ratatouille, como WALL-E, como Toy Story, como Los increíbles, un gran relato de aventuras. Y los grandes relatos de aventuras incluyen emoción, diversión y afilados comentarios sobre la existencia. Pero no hablemos más de Up (no se la pierdan) y pasemos al corto que se proyecta como yapa antes de la película; no se les ocurra llegar tarde y perdérselo.
El cortometraje en cuestión se llama Partly Cloudy (“Parcialmente nublado”), y es el debut en la dirección de Peter Sohn, que viene trabajando en Pixar desde hace algunos años. Partly Cloudy, como otros cortos de Pixar (por ejemplo, el brillante For the Birds) no tiene diálogos. Dura seis minutos y cuenta –con una narrativa precisa, inteligentísima, regada de gags integrados al relato– la historia de una nube y una cigüeña en particular. Y describe un mundo en el que los bebés son creados por las nubes y entregados por las cigüeñas: los humanos, los perros, los gatos… los cocodrilos, los tiburones, las anguilas. A una cigüeña de mala traza le tocan los difíciles… alguien debe encargarse de los bebés que muerden, patean, empujan, dan descargas eléctricas. Este corto, como los largos de Pixar, es un gran relato de aventuras –en envase chico– y, como dijimos, los grandes relatos de aventuras incluyen emoción, diversión y afilados comentarios sobre la existencia. No cuento más sobre el corto (hay, increíblemente, más): véanlo.
Un poco azarosamente, un día después de ver Up y Partly Cloudy, vi un corto de la inolvidable Pantera Rosa (la que no hablaba) que incluye una cigüeña que le entregaba –por una confusión postal– un bebé cocodrilo a la Pantera. Y el remate era con la Pantera sorprendida ante la llegada de un bebé tiburón. El corto se llama Pink Daddy, es de 1978, y fue dirigido por Gerry Chiniquy. Aclaremos dos cosas. 1) el corto es Pink Daddy (“Papá rosa”) y está bien que así sea: la Pantera Rosa es una pantera macho; calculo que muchos ya lo sabían, pero por las dudas. 2) La existencia de Pink Daddy hace un poco menos original a Partly Cloudy, y seguramente haya muchos otros ejemplos previos de cigüeñas que reparten animales con dentadura filosa. Sin embargo, la originalidad suele ser una de las virtudes que más rápido se diluyen. Otra vez: no se pierdan Partly Cloudy, que por más que comparta con Pink Daddy la cigüeña con tareas de riesgo tiene otro enfoque, con centro en otros personajes, y describe, en pocos minutos, otro mundo.
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