GRAN PELÍCULA DE QUENTIN TARANTINO
Hay que ver Bastardos sin gloria  

Bastardos sin gloriaPor: Javier Porta Fouz. Bastardos sin gloria pone a Tarantino otra vez en el centro de la atención de críticos, cinéfilos, espectadores habituales y también de muchos que se relacionan con el cine sólo ocasionalmente. Incluso para estos últimos, el nombre de Tarantino es sinónimo de cine.

De hecho, Tarantino es sinónimo de cine hasta para quienes desprecian sus películas con el argumento que se la pasa citando (o saqueando) otras películas. Es cierto que si las películas tuvieran relieve y uno pudiera pasar la mano por los largometrajes de Tarantino podría percibir texturas de otros films, capas y capas de citas, alusiones y reelaboraciones. Pero esas citas y referencias siempre han sido de muchas más cosas, de mucho más que solamente de cine: Tarantino es un gran mezclador sinérgico de películas, música, historietas, iconografías de diversas procedencias, productos varios y mucho más. ¿Tarantino es solamente un mezclador que siempre supo cómo seducir e incluso cómo definir lo cool de su época? No, Tarantino es también uno de los grandes creadores de diálogos del cine: en las conversaciones tarantinas hay humor, observaciones agudas, violencia, magníficas pérdidas de tiempo, suspenso y hasta acción. De todas sus películas, las dos menos basadas en el poder de los diálogos han sido Kill Bill vol. 1 y vol. 2 (tal vez ese sea uno de los motivos por los cuales esas fueron las películas de Tarantino que menos me han gustado).

Bastardos sin gloria es una auténtica celebración de los diálogos tarantinos (me gusta más ese término que “tarantinescos” o “tarantinianos”) agudos, tensos y con mucho de suspenso hitchcockiano (el espectador sabe algo que alguno de los personajes no sabe y no debe saber…). La mayor parte de las secuencias se organizan a partir de los diálogos, y cuando hay acción física, Tarantino presenta momentos inolvidables, salvajes, ígneos. Bastardos sin gloria es el séptimo largometraje de Tarantino (si uno considera las dos Kill Bill como dos largometrajes), y es el primero de su carrera en estar basado en un hecho histórico: la Segunda Guerra Mundial. Los Bastardos son un grupo de cazadores de nazis comandado por Aldo Raine (Brad Pitt en el mejor y más festivo papel de su carrera). Y la película es una violenta venganza cinematográfica contra los nazis y, para este columnista, la mejor película del director y una de las mejores de esta temporada. Mucho humor (la secuencia de los falsos italianos y la del plan con Mike Myers y Rod Taylor son ejemplares), mucha malicia y mucho veneno hacen vibrar esta ucronía cinematográfica. Y hay mucho más, como el gran descubrimiento actoral del austríaco Christoph Waltz, en el magnífico personaje de Hans Landa, y hasta la posibilidad de polemizar (ya aparecieron artículos contra la película por su supuesta “violencia irreflexiva”). No se la pierdan.

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