1. Salí de mi casa para el Hoyts Abasto el lunes 19 de julio a las 17.30, para ver una película a las 17.50. Frío. Lluvia. Llegué rápido porque vivo muy cerca, pero en las dos cuadras de trayecto me di cuenta de que mi proyecto de ver Encuentro explosivo podía verse frustrado por la cantidad de gente que podía llegar a haber en la cola para sacar las entradas, o porque la función ya estuviera agotada.

2. Había gente en la fila para sacar la entrada, pero no tanta (la compra por internet ayuda a acelerar) y, sobre todo, todas las cajas estaban habilitadas, a diferencia de lo que ocurre durante el resto del año. La fila se movía rápido. Llegaría a tiempo a sacar la entrada para la película, el único problema que podía haber era que la función estuviera agotada: vacaciones de invierno, casi a las seis de la tarde (horario ideal que combina niños, adolescentes, adultos y extraterrestres de toda clase), frío y lluvia, Tom Cruise y Cameron Diaz, y ya terminó el mundial. En la cartelera electrónica, la función no figuraba agotada. Pensé que quizás quedarían muy pocas localidades. Pero no, hasta elegí la ubicación que quería. La sala resultó estar ocupada en un 60%, o tal vez incluso menos.

3. Las cifras de venta de entradas de julio están siendo muy buenas, y el Hoyts Abasto es uno de los cines más concurridos, incluso suele ser el más concurrido muchos meses al año. ¿Por qué no estaba agotada la película con Cruise y Diaz? O más bien la pregunta que habría que hacerse es otra: ¿qué era lo que estaba agotado? La respuesta es: TODAS LAS FUNCIONES 3D, de Toy Story 3 y Shrek para siempre. Todas. Todas.

4. El público va a ver 3D, es lo que lo hace salir masivamente de su casa. El porcentaje de ocupación de las salas 3D es muy pero muy superior al de las salas comunes. El 3D es la gran y nueva fórmula del éxito, e incluso provoca reestrenos (Alicia en el país de las maravillas, por ejemplo). La demanda claramente supera a la oferta. La entrada es más cara aún que para el cine “normal”, pero igual el público la paga, y compra el carísimo pochoclo y la carísima gaseosa. Y ni Shrek ni Toy Story tienen estrellas como Cruise o Diaz (nadie va a ver Toy Story porque la voz de Woody en la versión original en inglés es la de Tom Hanks, y por otro lado las funciones de esa película son mayormente en castellano). Cine sin estrellas, más caro, pero vendido con gran éxito. El 3D es la fórmula para la salvación de los cines, al menos por ahora. El pochoclo es la perdición del bolsillo, del paladar (entumecido) y de los pisos almibarados (sin exagerar demasiado, me quedé pegado en un pasillo).

5. La película que no estaba llena, la de James Mangold con Tom Cruise y Cameron Diaz, originalmente llamada Knight and Day y aquí bautizada con el infernal título de Encuentro explosivo tiene algo de Charada (esa de Stanley Donen con Cary Grant y Audrey Hepburn de 1963), algo de la ligereza de los parajes europeos de Para atrapar al ladrón de Hitchcock (de 1955 y también con Cary Grant), y también algo (algo mejorado) de  algunos experimentos con estrellas de acción más rubias como Dos pájaros a tiro (Bird on a Wire, de John Badham, de 1990, con Mel Gibson y Goldie Hawn), algo de James Bond y algo de Misión: imposible. Mangold (que tiene una gran película en su haber como Cop Land, de 1997) usa el inmediato magnetismo de Cruise y Diaz para contar una historia de espionaje y acción disparatadísima, en la que nada es serio y todo es burbujeante, veloz, inocuo, lujoso, superficial, glamoroso, sexy. Una película supuestamente ideal para llenar todos los horarios de todos los cines de todos los días de las vacaciones de invierno: Cruise y Diaz, su star power, su poder de seducción. En 1989, una película así hubiera sido un exitazo. Pero hoy en día no hay nada que hacerle: el 3D es más caro pero, por ahora, no se puede comprar en DVD trucho.

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