CINE Y COCHES
Una película por hacerse

Week-end y two-lane blacktopPor: Javier Porta Fouz.  Debo haber visto una o dos peleas de boxeo en mi vida. Sin embargo, cualquier película sobre boxeo me interesa. Algo parecido me pasa con los coches: no veo una carrera ni loco, no me interesan los autos (a veces sólo diferencio el color, a veces ni eso), pero mucho cine sobre autos y aledaños me interesa muchísimo. Por eso, ante la noticia del elefantiásico embotellamiento chino que duró once días, dije: ¡quiero ver una película sobre el asunto!

Sí, claro, con extraordinaria clarividencia, Julio Cortázar, contó un gran embotellamiento en Francia en el cuento “La autopista del sur” (de Todos los fuegos el fuego, 1966). Las muy potentes imágenes que me provocaba el embotellamiento de ese cuento (uno de mis favoritos de Cortázar) eran para mí lo más parecido al infierno que podía imaginar, por más que en esa comunidad de embotellados pasaran algunos eventos agradables. Se dice que el cuento fue inspiración para la famosa secuencia del embotellamiento de Week End (1967) de Jean-Luc Godard), aunque no conozco datos sobre contactos entre Godard y Cortázar (y no hay un solo registro sobre el asunto en los tres voluminosos tomos de correspondencia del escritor), y la referencia no figura en absoluto en los créditos de la película. Película y cuento se parecen bastante poco, aunque en esa secuencia sí comparten la idea de que, frente a un embotellamiento sin final a la vista, la gente de los autos empieza a desarrollar actividades atípicas para la ruta. Pero lo que en el cuento de Cortázar llegaba a constituir una especie de ciudad sui géneris con coches convertidos en hogares durante el embotellamiento, en Godard queda apenas sugerido por algún juego de auto a auto con una pelota. En 1982, Cortázar, junto a Carol Dunlop, recrearon “La autopista del sur” en un viaje de treinta y tres días en el que se detenían, a razón de dos por día, en cada uno de los paradores de la autopista París-Marsella. Sobre todo en las noches, en las que se estacionaban muchos camiones, cada parada, permitía experimentar esas “extrañas, fascinantes ciudades efímeras que se forman de noche en las playas de algunos de los paraderos, donde diez o veinte camiones pesados, sin hablar de vehículos a remolque o camping-cars como Fafner [así llamaban Dunlop y Cortázar a su vehículo] mezclan matrículas, idiomas, colores y sonidos de múltiples países diferentes”. La cita es de del libro de Dunlop y Cortázar sobre la experiencia, Los autonautas de la cosmopista. En 2002, el argentino Sebastián Martínez y su mujer intentaron recrear la experiencia de Cortázar y Carol Dunlop. Martínez registró el viaje e hizo el documental París-Marsella (2005), estrenado en 2007. Por su parte, también la comedia con elenco europeo multiestelar (Fernando Rey, Miou-Miou, Gérard Depardieu, Ugo Tognazzi, Marcello Mastroianni, Stefania Sandrelli, Alberto Sordi, Ángela Molina y muchos más) de Luigi Comencini de 1979, El gran embotellamiento, debe apuntarse como inspirada en “La autopista del sur”, aunque Cortázar tampoco figura en los créditos. Con esta película salimos de los embotellamientos franceses de todo lo mencionando más arriba y llegamos a Roma. Ahora falta que se filme, inspirada en eventos reales y en el cuento de Cortázar, una película sobre el gran embotellamiento chino. Podría ser con Jackie Chan en el papel de un camionero que quiere llegar a conocer a su hijo recién nacido y, mientras dura el atasco, debe desbaratar una banda de piratas del asfalto (comandados por Jet Li). O podría ser una producción independiente y muy realista, que nos haga sentir el calor, la mugre y el fastidio de la situación.

Mientras esperamos esa película, en cualquiera de sus variantes, recordemos el embotellamiento que sufre Michael Douglas en Un día de furia (el tipo abandona el coche y se va caminando), y recomendemos algunos títulos muy distintos entre sí sobre automóviles, rutas y autopistas:

1. Two-Lane Blacktop (1971), de Monte Hellman. Una de las road-movies más fascinantes y extrañas jamás hechas. Con Warren Oates (protagonista de varias grandes películas de los setenta) y el cantante James Taylor.

2. Home (2008) de Ursula Meier. Sobre una familia que vine al lado (pero al lado al lado) de una autopista. Despareja pero muy intrigante. Con Isabelle Huppert y Olivier Gourmet.

3. Radiant City (2006). Un muy revelador (y aterrador) “documental” de Jim Brown y Gary Burns. Sobre la vida en los suburbios canadienses, en paisajes diseñados para la vida con el automóvil como centro.

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