LOS OSCARZZZ
Flor de bodrio

Colin Firth y James FrancoPor: Javier Porta Fouz.  Hacía muchos años que no veía los Oscar más o menos completos. Los vi sobre todo a fines de los ochenta y en los noventa, los años del predominio del gran Billy Cristal como presentador (¿no vieron nunca El cómico de la familia?, háganlo). Resolví no verlos más, o al menos no completos, en 2001. Lamentablemente, se me ocurrió volver a perder el tiempo, diez años después, con esta infausta edición. Estos son algunos apuntes quejosos (lo poco bueno ni lo nombro).

1. James Franco. Sí, tiene un aire a James Dean pero es pésimo como presentador, entre ausente pero no lo suficientemente “ido”. Aburrido y aburridor, desdeñoso. No sólo no parecía apto para estar ahí, parecía alguien que no podía exponerse a la mínima situación pública, digamos, alguien no preparado para dar una clase particular de matemática.

2. Los Oscar honorarios y el premio Irving Thalberg no se dieron en la ceremonia principal, ¿a quién se le ocurre mostrar grabados a Francis Ford Coppola, Kevin Brownlow y Eli Wallach recibiendo los premios y apenas pasearlos unos segundos? (Jean-Luc Godard los desairó). Dicen que esta edición estaba pensada para atraer al público joven. ¿Será por eso que no quisieron mostrar “viejos activos”? ¿Serán peores los jóvenes o aquellos que creen saber lo que quieren los jóvenes? Nos perdimos la emoción de Eli Wallach hablando. Los organizadores apostaron a la emoción de Celine Dion cantando a los muertos del año. Y en el punto tres analizaremos con lujo de detalles lo malo de poner a Celine Dion cantando.

3. Celine Dion cantando.

4. La estupidez esa de que los ganadores del Oscar a mejor actriz y actor del año pasado le digan “algo”, respectivamente, a cada uno de los nominados y nominadas de este año. Y eso que Jeff Bridges es un grande entre los grandes.

5. El Oscar dado a Tom Hooper, el que figura como director en El discurso del rey. No jodamos. ¿Quieren premiar la película que sea? OK, están en su derecho, es una votación de mucha gente. Y también están en su derecho de premiar a este Hooper como director. Pero, ¿en serio? ¿director? El trabajo de Hooper en EL discurso del rey se parece muy poco al de un director de cine, es apenas un ilustrador de un guión inane. Pero en fin, son votos... Al menos cuando premiaron ese increíble bofe de Shakespeare apasionado (basta de complejos con Inglaterra, corten el cordón de una vez) como mejor película no premiaron a John Madden como director (¡qué carrerón anterior y posterior el de este hombre!) y distinguieron a un verdadero cineasta: Steven Spielberg (que dio el mejor discurso de esta noche aciaga; ah, no, o íbamos a hablar de cosas buenas).

6. Que puestos a elegir entre Melissa Leo y Amy Adams, las dos candidatas a mejor actriz de reparto de El ganador (The Fighter) se hayan quedado con la que actuaba exageradamente (y lo demostró al recibir el Oscar).

7. Hubo muchas otras cosas horribles, pero terminemos con este suplicio que les estoy infligiendo porque tuve la idiota idea de ver esta edición de oscarcito. Lo peor de lo peor, y esto es imperdonable, fue el clip final: fragmentos de todas las nominadas con el audio del “discurso del rey” de esa película. Esto constituye una violencia tan grande sobre las otras nueve nominadas que creo que casi merece la creación de una comisión de escarnio permanente: ¿sacar el audio de Red social, el de Toy Story 3, por ejemplo? ¿Mutilar la presentación –una película sin audio es una película mutilada, una película con el audio de otra es una película violentada– de las competidoras? ¿Lo habrán hecho para que no se notara lo buenas que eran algunas de las nominadas que no iban a ganar?

8. Y termino. Una sola cosa me pone contento de esta nota desarrapada: no usé la palabra que empieza con “est”, sigue con “atu” y termina con “illa” para remplazar Oscar. Ah, vi la décima nominada a mejor película: 127 horas, de Danny Boyle, una decepción de la que tengo poco y nada que decir, por lo menos hoy (no quiero volver a James Franco; bueno, sí, sólo para decir que se movía más en 127 horas atrapado por el cascote que como presentador del Oscar). Y vi Amigos con derechos (sin nominaciones) de Ivan Reitman, y la recomiendo con ganas.

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