EL PÚBLICO Y EL CINE NACIONAL |
Un análisis más allá de la taquilla |
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Osvaldo cita a Jorge Carnevale y su columna de Ñ. Jorge ha utilizado el argumento de la falta de público para denostar un tipo particular de cine argentino, uno asociado con gente joven que filma de determinada manera. Ese cine, a menudo a espaldas del público, ha tenido reconocimiento de una parte de la crítica y de los festivales de cine del exterior. No es poca cosa. ¿Debe el Estado subsidiar proyectos artísticos con reconocimiento pero sin público? Mi respuesta personal es que no imagino qué otra cosa debería apoyar el Estado. Hay muchos argumentos al respecto pero quisiera señalar solamente tres. En primer lugar, esa generación de jóvenes cineastas renovó la estética y la técnica del cine nacional, llevándolo a un lugar mucho mejor del que tenía antes de su irrupción. Ayudarlos a filmar mejora el cine argentino, es sencillamente así de simple. En segundo lugar, los proyectos más audaces artísticamente van explorando nuevas formas y generando nuevas posibilidades, aunque aún no haya un público para apreciarlo. Los resultados se aprecian en el futuro, no en el día a día de la taquilla. En tercer lugar, nunca se sabe qué va a pasar con esta gente. La primera película de Daniel Burman (Un crisantemo estalla en Cincoesquinas) era un experimento vanguardista que remedaba a Glauber Rocha y que no vio nadie. A partir de la segunda película, Burman se volcó por un cine más afín al gusto de Carnevale y del público en general, obteniendo además premios en Berlín y otros festivales. Si no le hubiéramos permitido desarrollar su primer proyecto, ¿tendríamos a Daniel Burman como a uno de nuestros cineastas más prolíficos?
Ahora, bien, traslado la pregunta y la reformulo: los negocios de los canales de televisión, que encuentran una boca de expendio subvencionada, ¿deberían ser apoyados por el resto de los ciudadanos? Eso no me queda tan claro.
Hay un punto para analizar aquí y es toda un área de la producción de películas locales que ni cuentan con el favor del público ni los favores de la crítica ni el reconocimiento del exterior. De entre los ejemplos de la semana pasada dados por Carnevale y retomados por Bazán, tomo uno, el de 1 peso 1 dólar. La película fue vista por 295 espectadores en su primer fin de semana, fue mal criticada y no aparece programada en ningún festival internacional de ninguna categoría. ¿Cuál es el criterio utilizado en estos casos para el subsidio? La avalancha de estrenos parece dictaminada por una lógica puramente cuantitativa. Al INCAA le gusta señalar cifras, aun cuando las decenas de estrenos signifiquen un porcentaje de espectadores ínfimos. A cualquier realizador le conviene estrenar, porque así cobra el subsidio. No parece haber una política de selección muy clara. En definitiva, se trata de que el Estado no se puede manejar con criterios cuantitativos, como si fuera una empresa que debiera maximizar sus ganancias. Se requiere una política activa, con criterios estéticos, inteligente. Ni la mayoría de las oficinas del INCAA ni las comisiones asesoras parecen estar a la altura de la tarea.
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