CELULARES, COMPUTADORAS Y ESTRENOS
La degradación del consumo de cine

Cine en el celularDVD piratas Amelie y ver cine en el cinePor: Gustavo Noriega. Una nota de Claudio Minghetti publicada en La Nación el 10/1/08 titulada “Las mil formas de ver cine” comenta justamente la proliferación de medios en los cuales se puede acceder a una película, la multiplicación de formas de entretenimiento y la consiguiente baja en la cantidad de público que asiste a las salas de cine. Es, seguramente, el tema del momento. En la revista El Amante de este mes publicamos una nota llamada “Las películas todavía existen” en donde defendíamos la pertinencia de ver cine en las salas, oponiéndonos tanto al consumo de estrenos en calidades miserables bastardeados en el mercado del pirateo como la generación de un mercado de películas de arte bajados de Internet. En ambos casos se violenta la voluntad del realizador que pensó su obra para ser exhibida en determinadas condiciones y no otras: salas a oscuras con buena imagen y sonido y no una computadora o teléfono, mientras la vida circundante se empeña en obstaculizar la atención.

Según Minghetti: “Sólo a un puñado de entusiastas del cine que rechaza lo pirata o, en todo caso está equipado con la última tecnología, le importa realmente la mejor calidad "cinematográfica" de la proyección. Al resto sólo le preocupa ver una determinada película en cualquier condición, esas mismas que los manteros venden por docenas en toda la ciudad”. Ese puñado de entusiastas debería hacer campaña para mejorar las condiciones de exhibición, antes que rendirse a la inevitabilidad de que el consumo de cine sea degradado por la proliferación de medios.

Mejorar las condiciones de exhibición implica varias cosas. Dos son esenciales: que el precio de las entradas deje de ser prohibitivo y que la distribución no quede ahogada por las grandes distribuidoras, que con su cine mainstream, apoyado irresponsablemente por los medios con sus coberturas indistinguibles de una gacetilla de prensa. Los medios pueden limitarse a dejar constancia de esta degradación en el consumo de cine o formar parte activa de una política que busque democratizar el acceso a las salas. 

La sofisticación tecnológica abre muchas puertas pero también genera disparates, como la idea de que cualquier medio es bueno para ver una película. El colmo de este esnobismo es la idea de que el teléfono es una posibilidad. ¡El teléfono! En estas elucubraciones estaba cuando me enteré de la existencia en YouTube de un mensaje del director David Lynch en donde repudia esta idea. Con su peculiar estilo de hablar, Lynch, el director de Twin Peaks y otras excentricidades, dice más o menos esto: “Ver una película en un teléfono... Ni en un trillón de años tendrás la experiencia de esa película. Crees que la has experimentado pero habrás sido engañado. Es una gran tristeza si crees que has visto la película en un fucking teléfono. Get real!” 
 
Volvamos a los cines, tomémoslo por asalto, exijamos que baje el precio de las entradas y que se amplíe la distribución, reclamemos a los medios que tomen partido explícitamente y que dejen de publicitar películas enormes y mediocres, que se hagan cargo de su responsabilidad social, que sean periodistas de verdad y no gacetilleros. Get real!

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