INCAA, CINE ARGENTINO Y UNA NOTA DE LA ROLLING STONE |
Los directores y sus propuestas |
Por: Gustavo Noriega. La escandalosa renuncia de Jorge Alvarez al frente del INCAA, envuelto en rumores y denuncias, no hace más que alentar la discusión sobre la actualidad del cine argentino. La disonancia entre la cantidad de estrenos nacionales del año pasado, casi cien, combinado con la falta de interés del público, el escaso entusiasmo de la crítica y la falta de repercusión internacional dio la pauta de un estado de cosas preocupante. |
Como eco de esa situación, y publicado antes de la renuncia de Alvarez, la revista Rolling Stone, en su edición de marzo (en donde aparece el Alvarez simpático, Pity, en la tapa) publica una interesante producción llamada “El presente del cine nacional”. Se trata de una serie de pequeñas entrevistas a miembros del ambiente cinematográfico, ubicados en cierta cercanía con lo que se conoció como Nuevo Cine Argentino: directores jóvenes, directores del Bafici actuales y pasados, productores, críticos.
El panorama general que se saca de las entrevistas es desalentador aunque no hay unanimidad. Significativamente, los productores, Diego Dubcobvsky y Eduardo Constantini (h), son los más optimistas. El resto ve un panorama negro o, por lo menos, con densos nubarrones. Hay un cierto consenso en cuanto a dotar al Bafici de autonomía, de manera que los vaivenes políticos no lo afecten. Las propuestas para salir de la crisis son diversas y dependen del diagnóstico que se haya hecho de la situación.
Este es un extracto de algunas de las intervenciones referidas principalmente a los posibles caminos a seguir.
Quintín (crítico y ex director del Bafici): “La única posibilidad de darle visibilidad al cine argentino es articular con la televisión, tanto estatal como privada, un proyecto de producción y exhibición que no sea el de los frágiles telefilms actuales, de factura burocrática y bajos estándares de calidad.”
Andrés Di Tella (cineasta y ex director del Bafici): “Es simplemente una cuestión de difusión: la enorme mayoría de las películas argentinas no la tiene. Cuando la gente compra una entrada no es que está respaldando esa película, está respaldando la publicidad de una película que todavía no vio”.
Eduardo Constantini (h) (productor) : “Creo que debería existir mayor integración entre los países de América Latina. Habría que alentar las coproducciones entre Brasil, México y Colombia e intercambiar las filmografías. Me parece que, para afianzar la industria del cine local y regional, deberíamos ponernos el sombrero del cine latinoamericano, integrando y potenciando los recursos y el talento. Eso generaría una dinámica más fluida entre la producción y la recepción”.
Mariano Llinás (cineasta): “No es menos válido hacer cine con un grupo de amigos, o hacer cine solo. Y voy a sostener también que cualquier film de cientos de millones puede verse tan bien (o tan mal) como otro hecho con una cámara de video por dos hipster en trajes de baño escuchando reggae.”
Con respecto a la cantidad de películas estrenadas el año pasado, los cineastas no creen que sea necesariamente un mal dato.
Matías Piñeyro: “Encuentro positiva la cantidad de películas producidas. Proponer un filtro hace asomar las posibilidades más reaccionarias. Ya la categoría de ‘público’ es peligrosa. Frente a la idea de ‘público’ prefiero pensar más bien en la de ‘personas’. Encuentro reaccionario el creerse poseedor de la idea de lo que la masa quiere y obrar desde esa única perspectiva.”. Para el consagrado Lisandro Alonso: “Cuanto más películas se hagan habrá más posibilidades de que aparezcan títulos interesantes. Si eligiéramos el otro camino, tendríamos que volver a hacer diez películas por año convencidas de que todas van a ser obras maestras o grandes éxitos. Grave error.”
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