LA SITUACIÓN DEL INCAA
Una incertidumbre muy riesgosa

IcertidumbreIncaaPor: Gustavo Noriega. El 7 de marzo pasado el INCAA quedó totalmente descabezado por la renuncia de su director, Jorge Alvarez. La persona que seguía en la línea de sucesión, María Lenz, había renunciado en diciembre anterior ya que el nombramiento de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Nación le había abierto la puerta para ser diputada. Desde ese entonces, hace casi un mes,  no hay nadie que maneje los destinos del cine nacional desde su instancia oficial.

Esta acefalía, que es grave en cualquier situación y en cualquier organismo público, cobra ribetes más delicados por tres razones, relacionadas con el futuro, el presente y el pasado.

En primer lugar está la lógica falta de rumbo para una industria que maneja decenas de millones de dólares por año. Qué dirección tomará el Instituto, qué tipo de cine priorizará, cómo manejará las coproducciones, qué actitud tendrá respecto de las operas prima, los nuevos formatos, etc., una serie inacabable de preguntas que tienen que ver con el futuro del cine nacional.

El presente está relacionado con el quehacer diario del Instituto. Al no haber una firma autorizada, una multitud de trámites están detenidos. Hay películas que se están por estrenar, otras realizándose, otras en etapa de preproducción. Si no hay una autoridad legítima para desembolsar las cuotas de los créditos o subsidios de cada una de ellas entran en una zona de incertidumbre muy riesgosa. Están a punto de estrenarse tres películas importantes de realizadores jóvenes: las nuevas obras de Albertina Carri, Daniel Burman y Pablo Trapero. Si no cobran las cuotas de sus respectivos créditos o subsidios por falta de firma toda una planificación puede arruinarse.

En cuanto al pasado, hay que recordar que el director saliente fue fuertemente cuestionado por el uso indiscriminado del Tercero J (un artículo de la Ley de Cine que permite al titular del INCAA dar subsidios sin rendir cuentas). La Justicia ya realizó más de un allanamiento en el Instituto, recopilando información sobre este tema. Es necesario que el INCAA esté nuevamente conducido de manera que participe activamente en la clarificación de la gestión anterior.

Es comprensible que la crisis del campo haya ocupado, a partir del anuncio de las retenciones móviles y la consecuente huelga, el tiempo de los gobernantes. Pero más allá del agro, la vida continúa y es necesario que todos los cauces de la acción de gobierno se normalicen.

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