giacobone y novia

Por Cicco. Qué mundo torcido y retorcido este. En lugar de debatir las virtudes y aciertos del guión de la peli Birdman, que acaba de recibir el Oscar, lo medios se dedicaron a tratar, con toda la seriedad que lo merece, si la novia trans del autor, Nicolás Giacobone, era o no potable. Y para no ser menos, acá haremos algo parecido.

 

Antes, y no hace tanto, tener novia trans o travesti era impensado. Aún cuando los machos hechos y derechos, salieran a bucar encuentros cercanos del tipo transgénero en escapada burbujeante de fin de semana, en día hábil era otro cantar. El macho volvía a ser macho. Y no comentaba el episodio ni aunque lo torturaran con clavos calientes. Un hombre, para reafirmarse como tal en la manada, debe mostrar públicamente que su arco siempre está invicto.

Una vez, siete años atrás, me tocó para una nota rastrear historias de parejas estables entre hombre y trans. No sabe lo duro que fue encontrar una. La mayoría comentaba que lo suyo no llegaba a durar ni un mes. Cuando el trans pedía formalizar, salir, por decirlo así, a la luz del día, el hombre tartamudeaba excusas sin sentido y volvía a su vida habitual, de macho inmaculado con olor a macho y conversaciones de macho. Asumirlo era demasiado. La única pareja que aceptó dar testimonio con foto y todo para el artículo, fue un tans que era peluquera, y el hombre, un cubano. Le importaba poco y nada el qué dirán. Se habían casado y todo por civil. “Me encanta ella”, decia el cubano, enamoradisimo “porque bebe Fernet a la par que yo y le gusta hablar de fútbol y de autos. Es la pareja ideal”. Estaba chocho. Después, por una productora que me había pedido sus teléfonos -se les había ocurrido hacer la misma nota en la tele y tuvieron el mismo problema que yo en dar con las historias-, me enteré que ya no estaban más juntos. Vaya a saber qué paso.

De aquella nota, recuerdo una cosa: los trans estaban cansados de hombres que le proponían amor eterno y a los pocos días, se cruzaban de vereda para ni verlos. Miraban para otro lado. Hasta una me contó que, un juez despiadado en sus opiniones en la tele con la libertad de género, era un consumidor de prostitución transgénero. Todos los tavestis lo sabían.

Pero bueno, lograr una relación estable, para ésta gente era un odisea. Nadie blanqueaba el asunto. Flor de la V y su esposo, eran un caso en decenas de miles de relaciones que no prosperaban. Pero aún asi, el caso de De la V era distinto. Florencia era vedette, un travesti celebritie. Mientras su marido era el desconocido.

Por otra parte, pocos travestis aceptaban cambiarse de género. Básicamente por un motivo laboral: para un sector donde el 90 por ciento sobrevive gracias a la prostitución, cambiar de género, era perder toda su cartera de clientes. Donde lo que buscan -lo que sale en el mercado- es un hombre disfrazado de mujer. Es decir, con todo el instrumental incluido.

Ahora, con Nicolás Giacobone, guionista premiado con el sello del Oscar, las cosas cambiaron. Él es el conocido que elige posar y mostrar orgulloso a su novia trans. No es moco de pavo: su pasada por la alfombra roja marcará un antes y un después en las relaciones transgénero. Desde ahora en adelante, cada vez más hombres saldrán a blanquear relaciones con sus vínculos trans. Si lo hace alguien que ganó el Oscar, se dicen, no puede estar tan mal.

No importa lo mucho que te vendan las películas y las publicidades que seas distinto en esta vida. Siempre habrá un distinto que llegará primero y luego, muy detrás, se formará la fila de otros descerebrados que buscan lo mismo.

Ya ser metrosexual es antiguo. Tener amigo gay está pasado de moda. Todo eso es parte del pasado. Hoy, el hombre avanza desbocado en su camino por quitarse todo prejuicio de encima, lo lleve adonde lo lleve.

La humanidad está condenada a la novedad. Siempre buscará algo nuevo. Siempre querrá contrarrestar la impaciencia con innovación. Su imposibilidad por el cambio interior, con un cambio exterior al divino botón. “Ahora, estamos cansados de las mujeres. Nos inclinaremos por ex varones”, dirá el varón en el flamante 2015. Prepárese para eso, mi amigo. Los travestis, mientras tanto, deberán levantarle a la novia de Giacobone un monumento.