Por Cicco. En un mundo cada vez más nudista, que Playboy decida quitar los desnudos de sus portadas refleja el inicio histórico de una contra tendencia que tendrá proporciones mundiales. El fin de ciclo de un péndulo que comienza a inclinarse para el lado opuesto. Para el lado, por decirlo así, textil de la vida.
Si bien la primera portada cubierta de la revista tiene a una teen en poca ropa, no deja de llamar la atención que la revista ícono de la desnudez decida encarar el efecto reverso. Playboy, antes provocadora y nudista, ahora se cubre para mostrar otra onda.
Dicen que la revista proyecta así captar al público joven sobrecargado en sus smartphones de imágenes de desnudos domésticos hasta de la tía. Y asi es cómo Playboy, tras largas reuniones de directorio, decidió taparse. Y lo bien que hace.
Como decíamos al comienzo de esta reflexión tan profunda y atinada y maravillosamente bien escrita, lo que ocurrirá, de ahora en más, es el efecto contrario. El efecto ropa. Nos animamos así a aventurar un futuro donde revistas como Playboy irán poniéndose cada vez más a la vanguardia de esta ola, cada vez más tapadas, cada vez menos piel. Donde lo excitante pasará a ser menos el cuerpo de la chica y más la frondosidad del tapado. Menos el escote, y más el guante. Imaginamos números aniversarios con chicas en bufanda y gorro de lana. Ediciones de colección re zarpadas con fotos y más fotos de modelos en ropa de esquimal. Números temáticos del Antiguo Egipto, que los gomeros del nuevo siglo colgarán de sus locales, donde mujeres, se supone infartantes, posarán en la portada envueltas en kilos y kilos de mortajas cual momia del Faraón.
Uf, qué tiempos se vienen. Las nuevas generaciones no podrán más de la excitación y descubrirán que no hay nada más provocador, erógeno y hechizante que una bufanda bien puesta.