/Por: Pablo Llonto. No, no. No hablaremos de Racing. Ya habrá tiempo para referirnos a la tarde en que sus hinchas, embravecidos y valientes de un domingo en la Bombonera, se sumaron al respetuoso silencio ante la muerte de Doña Tota, coreando infantiles cantitos que finalizaban su desahogo con gritos hostiles: “Bostero/bostero/bostero...bostero/te vamo’ a matar”.

/Por: Pablo Llonto. Siempre nos burlábamos de los brasileños y aquello que agregaban a sus evaluaciones: “O maior do mundo”. Pronto, el fútbol argentino y su crecimiento a nivel “exportaciones” hizo lo suyo. Más temprano que tarde, los futbolistas argentinos fueron llamados los más brillantes, los imprescindibles, los insuperables. Jugar en el fútbol europeo daba no sólo dinero sino una valuación que llegaba hasta las estrellas.

/Por: Pablo Llonto.  Se ha dicho en esta columna que el automovilismo no es un deporte; se ha dicho que Dante Panzeri cometió la genialidad de calificarlo como “actividades industriales” cada vez que debía titular sobre autos en las pistas en su paso por Deportes del diario La Prensa. Se ha dicho que no hay otro “deporte” en el planeta que tenga en sus estadísticas los espectadores muertos a manos de los “deportistas”. También se ha dicho que una de las mayores equivocaciones de este gobierno es apoyar el trucho rally París-Dakar como si fuese un acontecimiento necesario para que el mundo conozca la Argentina. De todo se ha dicho.

/Por: Pablo Llonto.  ¿Qué es el éxito deportivo? ¿Cincuenta medallas? ¿Cien medallas?, ¿ganarle a Brasil?, ¿desplazar a Estados Unidos del primer puesto del medallero?, ¿sacar más oro que los colombianos? Finalizados los Juegos Panamericanos de Guadalajara, los analistas han empezado a desmenuzar bondades y maldades de la cosecha.

/Por: Pablo Llonto. Semana de elecciones. Semana de periodismo electoral. Un adefesio intenta decir lo suyo en ambos terrenos. Las elecciones en AFA, las elecciones nacionales. En la primera desvaría sobre los dirigentes y el poder de Julio Grondona. En la segunda tira frases de domingo, entre analistas cuyas lenguas se traban para explicar lo que ya sabían, una alegría popular que no es del agrado en buena parte de la calle Mansilla.

/Por: Pablo Llonto. Son tiempos para los deportes de menor espacio en los medios. Tiempos de Juegos Panamericanos... y tiempos de Maratones. Sí, muchas maratones. En Buenos Aires sobre todo. A punto de ser bautizada la “capital mundial de las maratones”.

/Por: Pablo Llonto. Mario Goijman es un dirigente (o ex dirigente) del voleibol argentino, cautivo de la censura, la autocensura y los silencios. El hombre, a quien no podríamos definir ni de bueno ni de malo hasta que una bondadosa cercanía periodística nos cuente más de su vida, ha lanzado en la última semana más denuncias que, al igual que tantas otras semanas, se ignoraron.

/Por: Pablo Llonto. Como cada cuatro años, el mundial de rugby coloca a los argentinos en la inusual práctica de ver un deporte que las mayorías no comprenden pero cuyas acciones entusiasman.

/Por: Pablo Llonto. Dos hechos subterráneos (no dos fantasmas) recorren el mundillo deportivo. Incluyen, ambos, la esperanza de leves o ligeras variaciones que nos alejen de la deplorable actualidad de la prensa deportiva y de la dirigencia deportiva.

/Por: Pablo Llonto. De pronto, el goce. Y un alimento para la esperanza. Pocas horas después del sufrido comentario sobre los gritos y cantos violentos y antribrasileros durante el Preolímpico de Básquetbol, la mayoría de los espectadores cordobeses que alentaron a la Selección argentina nos tapó la boca.