DESPUÉS DEL SUPERCLÁSICO
Boberías de periodistas dentro y fuera de los vestuarios

Pablo LlontoPor: Pablo Llonto. De todos los pecados que cometí en el ejercicio de la profesión hay uno que jamás olvidaré: la caza de jugadores, después de un partido, para arrancarles la declaración que, suponía, le cambiará la vida a la gente. ¿Cuándo aprenderemos qué es lo importante en la vida y qué una bobería? ¿O después queremos saber por qué millones de argentinos se prenden a ver a media docena de tarugos filosofando sobre la vida en Gran Hermano? 

Dos momentos cumbre del periodismo deportivo, en la misma semana en que miles de argentinos marcharon en Neuquén por castigo para los asesinos de un maestro:
 
-Poco más de una hora le dedicó Fernando Niembro en Fox a la vergonzosa cruzada de la noche del domingo, cuando la primicia se llamaba Guillermo Barros Schelotto y la prensa oral, escrita y de TV dejaba la vida por saber si un señor forrado en plata quiere o no quiere irse a los Estados Unidos a seguir forrándose de plata.

"Inocentes o culpables"

Inocentes o culpables, Marcelo Benedetto y otros perseguidores de jugadores cuya frase más brillante suele ser "no me pises el cable", se atropellaron por la primicia y convirtieron el caso Barros Schelloto en el hecho más importante post-superclásico. Valía más obtener una confesión del Mellizo; " Sí, me iré" o "No, me quedaré", que cualquier otra cosa que ustedes quisieran saber sobre el entretenido Boca-River de abril. En los mismos pasillos de la Bombonera, una fotografía patética de nuestra profesión: Gustavo Goñi, ex periodista de Clarín convertido ahora en cuasi empresario y colocador de veteranos en "el gran país del norte" (Niembro dixit), rizaba el rizo: "quien decidirá será Guillermo".

Pecados de juventud

De todos los pecados que cometí en el ejercicio de la profesión hay uno que jamás olvidaré: la caza de   jugadores, después de un partido, para arrancarles la declaración que, suponía, le cambiará la vida a la gente. ¿Cuándo aprenderemos qué es lo importante en la vida y qué una bobería? ¿O después queremos saber por qué millones de argentinos se prenden a ver a media docena de tarugos filosofando sobre la vida en Gran Hermano? 
 
- Todos quienes hablaron del caso Maradona y su re-re-reinternación,  preocupados por saber si en las tripas tenía alcohol o drogas, han preferido no enterarse de lo más importante que dijo en la dolorosa charla – en todos los sentidos- con alguien a quien se insiste en llamar colega. Habló Diego, para que Marcelo Palacios, además de oír, escuchase: "¿ Cuánta gente, con este mismo problema, se murió en este país? De diez, ocho se mueren porque no tendrían para pagar?" Palacios no escuchó.

Maradona y los pobres

Un día después, ante las cámaras sedientas de muerte, una ambulancia sacaba a Maradona del hospital público y vacío de elementos en Ezeiza y lo llevaba a la megalujosa clínica Los Arcos, dándole la razón al ídolo. ¿A quién le importa la salud de los pobres? ¿Sólo a Maradona?

Mientras tanto, Sobisch está libre y la página web de Infobae le pregunta a sus lectores, ¿Usted cree que el tratamiento de salud que recibe Diego Maradona es el adecuado? Menos mal. Así nos enteramos que los lectores-médicos han opinado (82 por ciento) que no. ¿Habrá algún alfabeto en esa página capaz de entender que el periodismo no puede hacer encuestas de cualquier cosa a la gente?  

No pare de sufrir

Llueve sobre mojado: análisis del superclásico por otro ataúd convertido en periodista. Si quieren sufrir de verdad, no se pierdan al impune Juan De Stéfano, ahora columnista del programa "Fútbol, el debate". ¿O será para reír?

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