EL IDIOMA, LA PRENSA Y LA PELOTA
¿Lo qué?

Burrola pelotaPor: Pablo Llonto. En los tiempos de Sanfilippo y Luis Artime, el jugo Pindapoy o el fijador Ricibrill, los comentaristas deportivos escribían más o menos así: “Independiente tiene dinamismo y pujanza. Puede presentar lucha a cualquiera…si le quitan el arma de la intensidad para la disputa, a fuerza de correr y buscar la anticipación, no le veo ductilidad para superar la media cancha jugando y llegar jugando al arco contrario”. (Juvenal, en El Gráfico, 31 de octubre de 1962).

La lengua deportiva

Jueves 5 de marzo, casi medio siglo después, el título de Clarín Deportes invitaba a un esfuerzo colosal de lectura: “A Santoro nadie lo tocará sólo si le ganan a Boca”.

Vamos, anímese, no cuesta tanto.

Leálo de nuevo, de corrido, y lo entenderá pronto. 

Domingo 8 de marzo, durante la transmisión de La Red, previo a Independiente-Boca, se escucha la frase que lleva cien años: “con el correr de los partidos”. De pronto, nos parece que llega el grito de Pedro Uzquiza, periodista deportivo honesto, luchador y militante: “Che, nene, los partidos no corren, y las horas tampoco”. Pobre Pedro, se nos fue sin que pudiera alegrarse del buen uso del idioma y el no abuso de la metáfora tonta.

Lunes 9 de marzo. Hace apenas unos minutos. Alguien busca información sobre los partidos de la quinta fecha y en la página de La Nación se advierte algo parecido a un degüello: “ El primer tiempo finalizaba pero iba a ver (SIC) tiempo para un gol más y Emilio Zelaya convirtió el segundo de los canallas, que se fueron al descanso en ventaja.

En el complmento (SIC), el conjunto dirigido tácticamente por Mostaza Merlo conseguiría el tercer tanto gracias a una arremetida de Zelaya. El delantero reibió (SIC) el balón del arquero Broun, corrió con la pelota hasta el área rival, habilitó a Jesús Méndez y este(SIC) puso el 3 a 1”. 

Por gerundios y despistes gramaticales no vamos a preocuparnos. De carne y bajos sueldos somos, por ende no vayan a exigirnos plumas brillantes, que al final de cuentas sólo somos “observadores de partidos y comesanguches en los entretiempos”. Pero eso sí muchachos, a ver si mejoramos un poco la armonía. No se trata de escribir bonito, apenas que nos entiendan.

La sospecha de un periodismo deportivo fosilizado nos persigue. Porque caramba, eso de escribir igual que medio siglo atrás es para preocuparse. 

Consejos: leer más, prender el telvisor menos y exigirles a las empresas el regreso de las correctoras y correctores (En Clarín fue desmantelada la sección Corrección en a fines de 2000), valiosa raza de compañeros dispuestos a convertir tibios periodistas en correctos poetas del deporte. 

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