¿SE VIENE LA NUEVA LEY DE RADIODIFUSIÓN?
La utopía del fútbol para todos

Fútbol en la TVPor: Pablo Llonto. De pronto los argentinos nos tropezamos con una batalla que no estaba en los planes de nadie. Los Kirchner vs. Clarín. O el “PJ titular” vs. Clarín, si quieren. Porque al ring también se subieron los Moyano, los Piumato, los Curto. Lo que usted no sabe es que semejante combate, con nueva ley de radiodifusión incluida, puede terminar con una maravilla futbolera en nuestras manos: al fin tendremos el regreso de la televisación deportiva libre.

Si el espejismo lanzado por Cristina no es tal y en breve tendremos “la madre de las leyes” en el parlamento, además de meterme entre nalgas mis palabras pronosticando una cobardía K y que no se atrevería a sacar una ley antimonopolios, seré un testigo privilegiado de la discusión más sangrienta de cuantas se hayan dado en el edificio de Entre Ríos y Rivadavia. Al fin una ley para discutir ideologías, negocios, derechos de los ciudadanos, pactos internacionales y fútbol. Sí, fútbol. Porque estimados lectores, para ponerse en onda y no perderse discusiones con taxistas sabelotodos, bueno es que se consigan los artículos 65 y 68 del proyecto y que se refieren al recorte de poder a las empresas que manejan la TV deportiva. 

Con el cuento que los clubes de fútbol se van a fundir si el proyecto se convierte en ley, en estos días a los dueños de los medios se los ve indignados. La fenomenal mercancía llamada derechos de transmisión será, según dicen los del otro lado, manoseada por el groncho pueblo. Caramba, parece que a ellos y a la perversa Suciedad Rural, y a Susanita La Pistolera, les gustaría fusilar al mismo tiempo a los K y a la nueva ley. “¿Cómo que fútbol por TV abierta para todos?”, gritarán en las mansiones esteñas. ¡Qué miedo tienen! Y eso que el rosadito “Proyecto de Servicios de Comunicación Audiovisual” (podrían haber elegido un nombre más peronista) es bastante zoquete. Pero las señoras y señores que por décadas se cansaron de contar billetes se van a jugar el pellejo en esta. De triunfar ellos, todo quedará como hasta hoy. Es decir, las penas son de nosotros, los golcitos son ajenos. Y nada de andar escuchando otras voces en TV que las de los empleados de la empresa ganadora.

En el texto legal enviado a discusión, la liviandad tiene ejemplos: apenas se admiten tres minutos de cada partido en los noticieros del domingo. No está mal (pa’ lo que hay). Al menos así, nada de esperar a Fútbol de Primera para ver los goles.

Sin embargo, de allí a la utopía del fútbol libre por TV o del deporte libre por TV, hay un camino extenso que otras presidentas u otros presidentes, más atrevidos, quizás se animen a recorrer, si antes no regresan los Jurasicc al poder.

¿Lo nuestro le suena a Marx y Engels? No se crea. Puede ensayar –para comprobarlo- una reflexión filosófica: si en la Argentina las radios no pagan derecho de transmisión para relatar los partidos, ¿por qué la TV sí?

Porque si usted no se acuerda, antes los partidos iban gratis por la televisión abierta, después fueron gratis pero solamente para quienes tenían televisión por cable, y más tarde nos enchufaron el muy republicano sistema de “pague para ver”. Es que como dicen en mi barrio, pasito a pasito, nos empomaron.

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