LA FRASE DE SABELLA
Atrás, atrás  

Sabella en el balcón en la televisiónAlejandro SabellaPor: Pablo Llonto. ¿Qué tienen en común Jorge Asís, Domingo Cavallo, Luis Barrionuevo, Mirtha Legrand, el Tata Yofre y Alejandro Sabella? Que cada uno, a su manera, sacó las estampitas del pasado que menos queremos ver. Como si trataran de purificar las peores frases del país de los escombros, ejercieron esta semana el lícito derecho de ser descarados. ¿Y esto, qué tiene que ver con el periodismo deportivo?

Se trata, simplemente, de las pocas ganas que observamos de advertir los papelones que cometen nuestros hombres del deporte.

Seguramente Sabella pensó  que los balcones de una casa de gobierno dan impunidad a quien se recibe de campeón de la Copa (….aquí debe ir una publicidad) ex Libertadores.

Pudo escucharse que, antes de imitar a Perón, imitó a Alfonsín: “la ciudad está en orden”, dijo, para reírse de los hinchas de Gimnasia.

Se trata entonces de avisarle a Sabella que las palabras tienen memoria y que la ingenuidad puede provocar dolor de estómago. No vaya a ser cuestión de que en un tiempo encontremos parafraseadores de Berlusconi.

Pero,  ¿por qué un entrenador se ampara en estos pecados de la sociedad?

¿Por qué se le dio por parafrasear a Alfonsín en un indecente slogan que sólo significa mentira y traición?

¿Puede un entrenador hacerse el simpático o el gracioso con un desagradable momento de la historia argentina?

Cada medio interpretó aquella declamación como pudo.

Para Espn fue un “sentido prodigioso de la ironía”, “un dardo sutil contra Gimnasia”.

Para el diario platense HOY, fue una muestra del buen clima que existe “entre los planteles de Estudiantes y Gimnasia”.

Para Página 12 “no sonó tan bien”.

Desde este insignificante rincón, (y no desde el Olimpo en que dijo Sabella haber ingresado) el clima cadavérico que se ha instalado en los medios en los últimos días parece darnos la razón y explicar así el desliz sabelliano.

Crónica TV le vendió  un espacio central a Jorge Asís, un sargento primero de la patria menemista, cuyas “provocadoras” preguntas a personajes como Domingo Cavallo serían calificadas como un nuevo estilo de prensa felpudo. Hay que ser inepto para llevar al peor ministro de Economía de la historia a dar consejos a la sociedad.

Mirtha Legrand maltrata nuevamente a la democracia desde esa mesa oral en la que nadie le contesta nada, y ella entonces alegremente vuelve al 76: “no me importa para nada lo que pasa en Honduras”.

Rosendo Fraga se sienta en un canal de televisión y golpea puertas de cuarteles con su lengua. Pide Indultos, los viejos indultos de Menem. Asís, quien conduce un programa llamado Poder vacante, pero que podría llamarse Poder Golpista, repite la misma palabra que repite Fraga y que repiten algunos presos en la localidad de Marcos Paz. Después aparecen los Barrionuevo (hablando de corrupción), o el ex jefe de la Side Tata Yofre (hablando de coimas).

Porque los fantasmas, son los fantasmas. Pero ya eso de verlos a todos juntos saltando en el tablón…

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