DE LA F 1 A BILARDO |
Mamarrachos |
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Desde una silla en Figueroa Alcorta se nos impuso que era imprescindible observar los alerones de un monoplaza Ferrari y no las ilusiones tercermundistas de quienes, hinchas de Chacarita, bregamos por un regreso (sólo futbolero) a 1969. En San Martín tierra de abundancia peronista y anarquista, donde proliferan las camisetas tricolores, no todos poseen los beneficios monopólicos de Multicanal-Cablevisión. Por lo tanto, va la queja: si dicen fútbol gratis para todos, no jodan. Que no haya hogar en la Argentina que se pierda un partido por Canal 7 por el simple hecho de no pagarles las cuotas a los fenicios del Grupo Clarín. Y que Carlos Asnaghi termine de una vez por todas con un contrato que sólo reporta placeres a quienes estiman que la F 1 sirve para algo en la vida.
Mamarracho dos. La Grondonadepedencia, último mal que afecta a unos cuantos funcionarios del gobierno hizo estragos en Canal 7. No sólo le aceptaron que el relator del fútbol para todos sea un señor de atributos inexistentes, sino que ahora monopoliza la palabra y pasamos del fútbol gratis para todos, al Araujo gratis para todos.
¿Así quieren abrir nuevas fuentes de trabajo en el país periodístico?
La que te devoraste en América a las dos de la tarde, la que te devoraste en canal 26 a las dos de la tarde, la que te devoraste en el Siete a las seis de la tarde, la que te devoraste en los resúmenes de Crónica TV en cualquier momento del domingo. Señores si pensaban lanzar a Marcelo Araujo a los brazos protectores del estado, es una cosa. Si pensaban democratizar las pantallas, pues hay que tomar medidas en serio.
Y otra cuestión: Pretender que una dupla relator-comentarista se presente en todos los estadios es un despropósito. No es perdonable que Julio Ricardo, el buen comentarista, tenga que abandonar la cancha cinco minutos antes del final porque debe ir corriendo a buscar el remise que lo lleve del Monumental a la cancha de Lanús para llegar a tiempo al segundo partido.
Con el modelo Araujo estamos copiando los métodos M ( de Magnetto) que dañaron las transmisiones durante una década y media.
O es que cuando muy pronto, si logramos tumbar la maldita ley de radiodifusión de la dictadura, regrese Canal 13 a manos de todos los argentinos y se democraticen los programas políticos, ¿el estado convocará a quienes hoy son los dueños del micrófono monopólico para que agoten en el Siete sus gustos camaleónicos?
Mamarracho tres. Ya hemos dicho que a Carlos Salvador, mientras comparta sus oficios de comisario político grondoniano dentro del seleccionado argentino y los de conductor del programa nocturno “La Hora de Bilardo”, se lo atenderá en esta ventanilla. Ha querido ser periodista, y para ello ha estudiado. Pues bien, que se la banque. Y si continúa pregonando por allí que “el resultado lo es todo en la vida” que ahora no venga a hacerse el buenudo con algunas culposas críticas al bochorno de los pibes de River y Boca que se agarraron a piñas en un torneo de inferiores. Ahora dice que los chicos recién deben “matarse” por el resultado después de los 18. Vamos, vamos Bilardo. Que todos sabemos cuánto inculcaste en los pibes por pisar al rival.
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