PALERMO, MESSI Y LA LEY
Baños de humildad

Martín PalermoPor: Pablo Llonto.  A dos días de aquello que los medios llamarán “La batalla del Centenario”, alguien ha dispuesto que la soberbia argentina reciba algunas lecciones. Muchas historias no serán iguales después de un 2009 que arde porque el gran diario arde, Bilardo arde, Messi arde y la prensa de lengua fácil también arde.

Nada será igual entre el periodismo endiosador y Lionel Messi. Ahora que pasaron alrededor de treinta partidos en la Selección, ahora que Palermo es lo más grande, ahora que viene la hora de los guapos…ahora es el momento de entender que de carne y hueso somos y que debemos moderar adjetivos antes de darles vuelo a tigres de papel.

Nada será igual entre los monopólicos dueños, sumados a los monopólicos gerentes, sumados a los monopólicos jefes de Torneos y Competencias o TyC Sports y los colegas del subsuelo, aquellos periodistas deportivos que hoy dan pelea para que no despidan en la empresa que más dinero ganó en la TV argentina durante los últimos años. Cuando llega la hora de usar la cabeza para ver cómo producir programas entretenidos sin contar con los derechos del fútbol, a TyC Sports no se le ocurre otra cosa que pensar en telegramas de despido. 

Nada será igual en los estadios de fútbol si logramos que Nunca Más se nos prohíba la transmisión de imágenes de acontecimientos deportivos porque alguna empresa monopólica había comprado los derechos. Si al texto de la nueva ley que aquí reproducimos y pocos periodistas deportivos conocen (“La retransmisión o emisión total o parcial por emisoras de radio de acontecimientos deportivos no podrá ser objeto de derechos exclusivos”) le agregamos la defensa de la libre televisación de todos los eventos, nos pondremos cerca del ideal de libre acceso a la Información. Derecho que debemos defender para superar el pequeño parche que se ha logrado en la madrugada del sábado 10 de octubre. El fin de los monopolios no vendrá de un día para otro hasta que el pueblo argentino no comprenda que la Información no es mercancía.

Nada será igual desde estas pequeñas caídas del Muro de Clarín, capaces de mostrarnos que teníamos una prensa disparatada y muy amiga del sueño estadounidense más que del sueño latinoamericano. Hay tanto por hacer, que la voz de Mercedes Sosa sonando el sábado en el Monumental nos devuelve la dicha de no escuchar a tanta Barbie idiota.

Un puñado de medios y otro puñado de periodistas más liberados y humildes, capaces de admitir (hoy, y no dentro de unos años) que el gol de Palermo llegó de una posición adelantada, indican que podemos atrevernos a soñar, otra vez.

{moscomment}