EL GESTO DE VÍCTOR HUGO
Como en el 73

Victor Hugo MoralesPor: Pablo Llonto.  Ocurrió en noviembre de 1973. Si algún joven interesado desea observarlo (desaconsejamos que lo hagan los breves desprendimientos de la juventud hitleriana que alimentan el espacio para lectores), puede teclear las voces “Unión Soviética Chile estadio nacional” y buscar en You Tube la visión compacta de una escena que los diarios chilenos llamaron “la tarde más triste del fútbol”.

Pues aquel no fue el día más triste del fútbol. Tal vez haya sido uno de los días más dignos del deporte mundial. Sin embargo, vale el repaso: los diarios chilenos, y buena parte de su sociedad, sufría entonces un mal que hoy recorre la corteza cerebral de muchos argentinos y que se expresa en una frase emitida por ciertos papagayos que abundan en nuestra fauna: “terminar con la zurda loca”.

El 21 de noviembre de 1973 la selección de Chile esperaba en la cancha el ingreso de la selección soviética para disputar el partido de clasificación (repechaje) que decidiría cuál de los dos equipos clasificaría para el Mundial de Alemania en 1974.

La Unión Soviética no sólo estaba ausente del estadio. Estaba ausente del país. Ni siquiera había viajado a Santiago, en repudio por el reciente golpe de Pinochet y el asesinato de Allende. Los jugadores de la camiseta roja no pensaban jugar un partido en el estadio que había servido, días antes, como el más grande campo de concentración y exterminio que manchó al deporte. La Unión Soviética perdió 0-2 el partido por “no presentación” y Chile fue al Mundial.

No abundan los gestos en el deporte.

No abundan los gestos, en el periodismo deportivo.

Tal vez por ello, leer que Víctor Hugo Morales ha rechazado la oferta del gobierno (o del estado) de ser el relator de canal 7 en la transmisión del próximo Mundial de Sudáfrica evoca los conceptos que, cada tanto, pretendemos difundir mientras calentamos nuestras manos en las últimas hogueras de solidaridad, de ética o simplemente de humanismo que aún disfrutamos con algunos colegas.

Víctor Hugo dijo NO para que nadie piense que su rotunda posición de apoyo a la Ley de Medios ha sido recompensada con su ingreso a Canal 7.

Desde esta columna habíamos reclamado a Tristán Bauer dos cosas: que renovara la esperanza y el placer de “escuchar relatos por TV” incorporando a Víctor Hugo y que el estado pidiera disculpas por el exabrupto menemista de reubicar a Marcelo Araujo en el rol de “Relator del pueblo” del llamado fútbol gratis para todos.

Hizo bien Bauer en llamar a Víctor Hugo. Y la respuesta de Víctor Hugo, llena de orgullo.

En un mundo y en un país donde la palabrería reina y las máscaras se venden al por mayor, uno se aferra a los gestos. Grandes o pequeños. Soviéticos o del Río de la Plata.

Nada hubiésemos dicho si Víctor Hugo aceptaba la oferta. El es suficientemente enorme para defender sus espacios laborales como lo viene haciendo en radio Continental, donde la política “Terrabusi” intenta achicar planteles, transmisiones y multiplicar...telegramas de despido.

Sí debemos machacar, una y mil, sobre Bauer y los seis o siete encargados que definen la línea del canal del pueblo. Que entre otras cosas, nos adeuda una respuesta sobre un episodio registrado el sábado pasado: explicarles a quienes no poseen cable por qué el partido de la Selección ante España no se pudo ver por Canal 7.

¿No era que el fútbol era gratis y para todos?

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