MÁRMOLES PROTEGIDOS POR LA PRENSA DEL BALÓN
¿A quién le teme el periodismo deportivo?

Marcelo TinelliPor: Pablo Llonto. ¿A Julio Grondona? ¿Al presidente del Comité Olímpico? ¿A Passarella? ¿A las barras bravas? ¿A realizar críticas de otros periodistas? ¿Al Grupo Clarín? ¿No será que le tiene miedo a Marcelo Tinelli, el presidente del departamento de Marketing, Desarrollo e Infraestructura de San Lorenzo y semidueño del voley nacional?

Este año hemos visto con asombro como el propietario de la empresa Ideas del Sur, convertido en dirigente sin previo paso por las urnas de San Lorenzo, hizo y deshizo buena parte del fútbol profesional de Boedo sin que la prensa se preguntara qué negocios personales existían detrás del hombre de Bolívar.

La aparente resurrección del periodismo de denuncia, galera y bastón no guarda entusiasmos con los negocios del conductor de Showmatch, a quien le sentaría en forma un libro que se ocupara de sus socios, sus relaciones con los pases de algunos jugadores y una, pregunta a la que vendría bien elevarle el volumen:

¿Es ético que un “dirigente de facto” conduzca algunos aspectos del club cuando sus amigos o sus empresas están entremezcladas con el negocio de los pases de los jugadores?

De las nuevas generaciones de periodistas, algunos ya se le animan, dejando como oficinistas a los sabuesos del pasado que cierta vez olfatearon un bolso sospechoso. Leandro Vila, es uno de ellos y en breve sabremos de sus redacciones, en algunos medios escritos, describiendo recónditas verdades del Mundo Tinelli.

Ha sido Tinelli quien esta semana pasada guapeó con su cuenta bancaria para decirles a los argentinos, por el momento, que “el Mundial de Voley irá por ESPN como señal exclusiva”. Porque, si usted no lo sabía, además de mantener profundos diálogos con Ricardo Fort y de morirse por tenerlo en sus programas, el ex relator deportivo, dueño de un equipo de voley al cual le cambió la identidad hasta convertirlo en Drean Bolívar, se dedica a gerenciar al seleccionado argentino, y a digitar a los técnicos, a los jugadores, y los contratos de televisión.

Todo con la misma cara.

Ese rostro de inocente muchachito bueno, casi un Robin de la televisión nacional, con el que supo engañar a mucha gente, es el mismo que hoy se jacta de negarle a la TV pública, es decir a todos los argentinos, la posibilidad de ver a la selección nacional de voley en un Mundial.

Tener en una tapa a Tinelli, tenerlo cómodo y canchero en reportajes de radio y TV, dejarlo invicto de críticas y pesquisas, lo han convertido en uno de los mármoles protegidos por la prensa del balón.

Como éste no es un lugar de resignaciones, ni de pasarla bien...lo queremos decir mil veces:

Basta de impunidad con Tinelli.

Tirar de la punta del ovillo, indagar quién es Tinelli, puede ser un buen regalo para poner en la base del arbolito, siempre a la espera de una prensa distinta. 

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