PERIODISMO DE HOJA EN BLANCO
Otro tema que no se investiga

Julio GrondonaPor: Pablo Llonto. Ya es un clásico de la prensa deportiva. Podríamos elegir un título: “No jodan con don Julio”. O tal vez, el menos desagradable “Historias de infamia y corrupción que jamás se contarán”. Lo cierto es que el pasado lunes, algo que a primera vista se revelaba como una noticia bomba, formaba parte de un párrafo perdido en la página 18 de la sección El Mundo del diario Clarín. Allí se dejó caer el informe de la corresponsal en Brasil, Eleonora Gosman, que daba cuenta de una de las escuchas telefónicas realizadas al magnate ruso Boris Berezovsky (hombre fuerte en la compra del club Corinthians). Los espías judiciales se encontraron con una perlita: “Julio Grondona es el hombre responsable por fiscalizar el lavado de dinero en la FIFA”.

¿Grondona?

¿Lavado de dinero?

¿FIFA?

Caramba, cualquier niño en las tribunas diría “Chocolote por la noticia”. Los más veteranos revelarían anécdotas y anécdotas del acusado y, seguramente, una frase que ya no es desconocida, pero sí inconcebible: “Ja, nadie se meterá con él”.

Un editor torpe, cualquiera que usted imagine, dispondría al menos que dos, o tres, sabuesos del periodismo se lanzaran a investigar si hay pruebas de lo que se afirma.

Pero en nuestro país, la gran prensa deportiva está ocupada en otras cuestiones. Y así, la llamada noticia bomba, se perderá en los laberintos de siempre. Allí donde nuestra fantasía, y la de otros, se agota bajo la mitología de periodistas que investigan.

Sin palabras

Unos días antes, en el diario Olé, también propiedad del grupo Clarín, un protagonista del mundo futbolero dejaba claro que si hay un lugar podrido en la Argentina se lo puede hallar en Viamonte 1366. Manusovich, ex defensor de San Lorenzo, reconoció que algunos técnicos cobran para poner jugadores.

La declaración, además de ignorada, comparte ahora los tranquilos sueños de tantas otras denuncias cuyo final fue una hoja en blanco.

Si se quiere, el periodismo de investigación, las tumbas y las lágrimas, se confunden en el mismo jardín.

El viejo fogonero de la dictadura militar y ahora dueño y director del diario Perfil, Jorge Fontevecchia, en su pétrea columna dominical se ha preocupado por la suerte del primero. Sobre el periodismo de investigación señala: “Así 2003, 2004, 2005 y 2006 fueron años en los que el periodismo perdió varios grados en su nivel crítico y el periodismo de investigación terminó reducido a mínimas y excepcionales expresiones”.

Caramba, escribió esto en el mismo edificio en que, por órdenes suyas, abogados con rostros verdeoliva redactaron el telegrama de despido de uno de los jóvenes periodistas de investigación que mejores frutos daba en Perfil.com: Alejandro Wall, echado por el democrático Fontevecchia bajo la acusación videliana de sumarse a reclamos salariales.

Todo esto podría ser una parábola…

Pero es una desgracia.

Opiná sobre esta columna en nuestro libro de visitas