El grito de guerra del lanatismo ilustrado no serviría demasiado para el deporte. Al final de cuentas, vivimos en un ambiente (el deportivo) donde hay más conferencias de prensa que reportajes y desde hace un tiempo ya es un clásico de todas las tardes de sábado o domingo ver, previo telón de fondo de las empresas que auspician a un club, las perfumadas voces de ciertos cronistas. Meneando el grabador digital, la vieja libreta de apuntes o el micrófono, trepan por las ramas del idioma, o por las ramas de la prepotencia, y se convierten, de pronto, en voceros de un hartazgo de tribuna a la que dicen representar.

He aquí algunas de las últimas originales preguntas que hemos escuchado:

- Creés que River ya está etiquetado negativamente y si se pierde porque se pierde, porque no se juega a nada y no ven a otros equipos el equipo, que el equipo pierde y dicen el prersidente no está en el país, y que que si viene es porque viene y que si no viene es que no viene, y ustedes y el otro que se fue a Francia y siempre ya están etiquetados todos negativamente todo el tema en River? (Cronista del programa Noventa Minutos de Fútbol a Leonardo Ponzio, en la conferencia de la semana previa al partido ante Arsenal. Usted intente condensar el interrogante)

-¿Sentís que con una victoria se van los grandes problemas que tiene Independiente y que de ahí arranca otra historia? (Al Tolo Gallego luego de su tercera fecha al frente de Independiente).
 
-Pregunta a los diez minutos de la conferencia de prensa de Falcioni al finalizar Boca 1-San Martín de San Juan 1. “Van nueve fechas, ¿vos creés que Boca juega bien?" El entrenador responde: “Hicimos un gran segundo tiempo donde manejamos mucho más la pelota”
 
-Un minuto después, otro periodista le pregunta: “¿Usted se va conforme con el juego?"

-Un minuto más tarde un periodista de un programa partidario le arroja la duda: ¿Cree que realmente Boca juega bien?

Antes de que un cuarto periodista inflamara el aire con otra pregunta sobre si Boca juega o no juega bien, el último de la noche le dijo. ¿Sigue pensando de que Boca debe jugar sin enganche? “Boca jugó con enganche en el segundo tiempo, no sé si lo viste...”, contestó Falcioni.

Más plañideros, pero igual de abundantes en sus lamentos, otro sector del periodismo, se queja de la falta de conferencias de prensa de una presidenta/presidente pero no de los contratos de exclusividad que firman todos los medios poderosos para “esclavizar” a una figura (del espectáculo, del deporte o de la política) impidiendo que ese personaje brinde reportajes y conferencias de prensa a quienes no le han abonado una montaña de dólares. Vaya usted a pedirle una conferencia de prensa a un deportista contratado por una cadena mediática durante un evento. ¡Ni la hora le dan! Sin embargo las adepas y las sips y los académicos de la locademia de periodismo nada dicen. Nos gustaría saber cuántas preguntas originales y que no den lástima pueden elaborar en una conferencia. Si el ejemplo es aquella pregunta que Fernando Bravo hizo en el programa del 13 cuando se reclamó conferencias (¿Qué le parece este programa presidenta?) Falcioni debe estar rogando que lo requieran los del periodismo político.

Pese a todo, nuestro homenaje a los periodistas deportivos que concurren a las conferencias post-vestuario con sus centenarias preguntas. Los grandotes  de Harvard (cuidado con decirles pibes a estos verdes de veintipico) que la otra tarde descifraban sus nerviosos papelitos convertidos en reclamadores de conferencias, exhalan menos frescura que nuestros cronistas de cancha. Ni redactar sabían.

Benditos los deportivos, aún cansadoras, sus preguntas las tienen en la cabeza.

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