Juegos Evita 2012

Por: Pablo Llonto. ¿Qué supo usted de los Juegos Evita 2012? Ah, pero cómo, ¿no sabía ni siquiera que se habían disputado la semana pasada? En esta maravillosa Argentina de los temas invisibilizados, de las marchas opositoras con manifestantes silenciados por los medios opositores, de los medios de comunicación privados tan preocupados por “escuchar a la gente”, resulta que las competencias nacionales que agruparon a 14.000 pibas y pibes de la gente, no merecen tratamiento para la gran prensa nacional.

Estuvieron en Mar del Plata para cubrir los Juegos, radio Nacional, la TV Pública y algunos medios provinciales. Los grandes enviados especiales, ausentes. Los medios de comunicación privados, quienes se jactan de brindarnos “noticias en forma independiente”, resolvieron censurar y mandar al olvido una de las competencias locales de mayor importancia en la base del deporte. Allí abajo, donde pocos miran. Allí abajo, de donde surgieron los muchachos como el lanzador de jabalina Brian Toledo o el lanzador de martillo Joaquín Gómez, figuras a quienes Clarín y La Nación “descubren” tiempo después cuando el oro, la plata o el bronce, se cuelgan de sus cuellos.

Cual si fuese una reproducción en pequeña escala de aquello que sucede con el periodismo político, en la prensa deportiva también prevalecen las cuestiones de clase: todo aquel acto de masificación deportiva que tenga cierto tufillo peronista es enviado al último y más profundo de los cajones.

Como en buena parte del mundo, vivimos bajo el diseño periodístico que se maneja por la satisfacción de necesidades. Es decir, los medios van detrás de los hechos en función de las ganancias e intereses de las empresas. En consecuencia, convirtieron a los diarios, a los Informativos, a los programas deportivos en especuladores  que sólo se acuerdan de los “deportes pobres” cuando llegan los podios o los éxitos en las tablas de posiciones.

A este triunfocentrismo/mercadocentrismo lo definimos como el mal que se expande en las redacciones y cree que River y Boca, Del Potro en sus buenos momentos, Los Pumas, Maravilla Martínez y tantos otros más que levantan copas y cinturones, son la medida de qué y qué no es noticia, deportivamente hablando. Para ellos no hay deporte amateur ni deportistas amateurs. Mucho menos existe el deporte escolar y ni que hablar de los deportistas escolares. Hace rato que ambos fueron sentenciados al silencio. Nada tienen que envidiarles a quienes sentenciaron al silencio a los argentinos de base que realizan política desde los barrios y desde la base.

¿Atletas? ¿yudocas? ¿tenistas de mesa? ¿jugadores de sapo? ¿deportistas ancianos? ¿discapacitados?

Para ellos todo esto aparece como “el deporte no deseado”. Para nosotros, el deporte más bello.

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