LA VIOLENCIA EN EL FÚTBOL
"¿Che, y esto dónde lo ponemos?"

Violencia en el FútbolPor: Pablo Llonto. Confieso que cuando escribí por primera vez una crónica sobre un hincha asesinado en las afueras de un estadio me sentí un cronista policial. Sin embargo, era un redactor de domingos, deportivos. La información (Chacarita-Platense, 1979) fue publicada en la sección policiales del diario en el que trabajaba. La elección del editor me resultó indescifrable.

Casi tres décadas después y a punto de establecerse un texto comercial en las entradas de nuestro fútbol (“el partido al que usted concurre incluye tres combates entre hinchas de un mismo equipo, dos combates entre hinchadas rivales y un combate entre la policía y alguna de las dos hinchadas”) todo ha cambiado. La mayoría de los medios acumula en sus páginas deportivas los navajazos, autopsias y detenciones entre las diminutas apreciaciones sobre un gol, un cambio o un off side.
 
El gol con sangre entra 
 
Una consulta recientemente extendida por un lector de Hipercrítico pone en duda éste enfoque del periodismo: el accionar de las barras bravas ¿debe formar parte de las páginas deportivas?

Aquello que fue una duda en los setenta, es una certeza en el nuevo siglo.

Sí. Para entender qué está pasando en nuestro bienquerido deporte nada mejor que leer los detalles de la barbarie en la sección Deportes.

Se supone que de tanto ir al cántaro, y al ojo del lector-hincha, nuestra sociedad futbolera entenderá que la cavernícola visión de “el aguante” no es menos que la “religiosidad fanática” que abunda en este mundo.

En los últimos quince días, cualquier argentino pudo acudir a los relatos de los periodistas deportivos para enterarse de la célebre vida de los integrantes de los barrabravas de River. Supongo que para 2008 en los institutos de enseñanza que proclaman “Sea usted un futuro MP” se enseñará la materia “Apuñalamiento I”. Es evidente que los tiempos son otros y que estamos a punto de que los muertos y los heridos formen parte de la cultura del fútbol.  

Por eso es un buen comienzo que algunos suplementos deportivos se dediquen a los cobardes lances y cobardes hombres y mujeres que manchan de sangre a la pelota… y a nosotros.

Resta ahora que a la profundidad del relato le sumemos la profundidad del análisis y preguntemos con insistencia ¿Por qué gran parte de nuestro pueblo futbolero da el mal paso hacia la intolerancia y luego el mal paso hacia la violencia?  

Con errores o con aciertos, lo que se hace hoy es saludable: sigamos mostrando en Deportes, a los lectores de Deportes, a los fanáticos del “ponga huevo”, cada uno de los terribles ejemplos de esta realidad. Son ellos – y no los lectores de policiales- quienes deben tomar conciencia de una de las estupideces mayores de la sociedad capitalista.

Vamos. Que la enseñanza de las miserias es importante. Ya lo dijo la abuela: “vos leé los diarios, que siempre algo queda”.

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