Por Pablo Llonto. Con la desesperación al cuello y el ego a punto caramelo, el ex hombre de Fontevecchia (Jorge Lanata) recurrió a dos periodistas deportivos, más retazos de la transmisión de Newell’s-Boca, más el vestuario de sus gansos y gansas, arropados como futbolistas, para convencer a los suyos de que una fantochada le gana al deporte dominguero, se llame Boca o se llame River.

 

Para tal misión logró la concurrencia de Sergio Hendler y el Rifle Varela, el dúo que hizo lo imposible para imitar a Tití Fernández y Marcelo Benedetto, dos ex Magnettos que cada tanto vuelven al redil clarinista.

Así, el periodismo deportivo nimo-paganístico multiplica sus actuaciones en procura de lograr que esta profesión no sea tan aburrida.

Lanata, quien había utilizado el piropo de “Tarada” para calificar a su columnista Luciana Geuna en radio Mitre y también había acusado a Hendler (“sos un hijo de puta”) de llegar tarde a todos los programas, calzó pantalones cortos, campera de la AFA y una camiseta con la publicidad de Adidas tapada, para desplegar sus denuncias, denunciadas por falsedad.

En la misma semana que vivimos un estallido de pus y verguenza en Boca, la diversidad de nuestra prensa del balompié permitió que los grandes medios “salvaran” a Angelici y a su comisión de aquello que correspondía: que renunciaran y se fueran, con la cabeza gacha, por avalar que una de las mayores maquinarias de la muerte en las canchas (La Doce) contara con el aval y el apoyo de unos cuantos directivos.

El escándalo Boca, club presidido por un empresario de bingos que realizó campaña prometiendo a sus hinchas “viajar a Japón” y que habla de la violencia de la barra brava que apaña diciendo “me mantengo al margen, pero supongo que deben estar bien porque los veo siempre alentando en la popular" (marzo 2013), puede convertirse en la segunda etapa de otra versión del verso dirigencial que hace unos meses se fue al tacho.

Nos referimos al fracasado intento Cantero, el presidente de Independiente que en 2012 parecía el Quijote frente al fascismo organizado de los barrabravas y que luego se encuadró bajo el comando Grondona de “Resignación y molinetes liberados”.

La incursión de periodistas deportivos en programas políticos, saludable recomendación que sostenemos, podría mejorarse mucho si en vez de ocupar lugares de “relleno humorístico” le agregasen entidad propia para decir las cosas que hay que decir en uno de los ambientes más corruptos y lavadores como lo es de la transferencia de jugadores, los miles de miles de barras y el oculto negocio de variados comisarios y uniformados.

Dueño del rating, PPT tiene tiempo y tribuna para Fariña y Elaskar; cuando le dedique unos programas a esta dirigencia de Boca, a quién fue Fernando Hidalgo y a los llamativos negocios con jugadores veremos cuántas bóvedas encuentran.