PROTESTAS BRASIL Y JULIO GRONDONA

Por Pablo Llonto. Sí, un argentino es el responsable de la furia y lluvia de protestas en Brasil. Viejo conocido nuestro, Julio Humberto Grondona, vicepresidente de la FIFA debería estar en los indignados carteles de los sectores populares que han pedido más dinero para educación, salud, viviendas, transporte y menos para Mundiales de Fútbol, Juegos Olímpicos o la Copa de las Confederaciones.

 

Pero Grondonza zafará. Como tantas veces, él y Blatter, protegidos por un periodismo que aún no dimensionó la enormidad del desastre que causa el fútbol profesional.

Pero los gobiernos también deberían sacar lecciones.

Mucho más los gobiernos populares y latinoamericanos.

Carl Meachan columnista de El país de España escribió la semana pasada un artículo que de bueno sólo tiene el título: “ Brasil: ¿Puede alguien explicar lo que está ocurriendo?” Allí no llega a ninguna conclusión, pero instala una cuestión periodística. Todo lo que se opina, dice, se habla, se comenta sobre Brasil y las rebeliones carece de buena información, posibilidad de análisis y, sobre todo, visión política de los acontecimientos.

Tanto se ha dicho del fenómeno de levantamiento juvenil (con apariciones entremezcladas de fascistas y movimientos pro-golpistas) en las calles de Brasil, que uno de los elementos que deberían estar sobre la mesa ha quedado marginado.

¿Por qué somos pueblos que nos alegramos por resultar electos para ser sedes de Mundiales y/o Juegos Olímpicos y luego maldecimos sus gastos y presupuestos millonarios?

¿Cómo es de compleja la encendida pasión que nos lleva a divinizar futbolistas y clubes y pelotas?

En nuestro país debemos tener mucho cuidado para no tropezar con la misma piedra que cayó sobre Brasil. La FIFA, esa asociación de caretas que organiza Copas, Mundiales, Torneos Juveniles y otros eventos y que han convertido a los mismos en actos despilfarradores, sesionó en un paraíso fiscal pocos días atrás. Allí en Islas Mauricio aprobaron la creación de una Comisión para organizar los festejos del Centenario del Primer Mundial de Fútbol (Uruguay 1930) y estudiarán la posibilidad de que el Mundial 2030 celebratorio se juegue en ¡¡¡¡Argentina y Uruguay!!!

La postulación argentina es empujada por el dictador Grondona y lleva el apoyo de los gobiernos uruguayos y argentinos.

No está mal que celebremos el Mundial del 30 con otro Mundial. Mucho menos está mal que la fiesta la organicemos los pueblos uruguayo y argentino hermanados.

Pero síí está mal que una fiesta de la FIFA la paguen los pueblos. El dinero debe salir de la FIFA y de los préstamos en que se debe involucrar la FIFA. A esta altura de la vida la FIFA tiene una estructura económica y financiera capaz de soportar préstamos, endeudamientos y otras yerbas.

Esa será la manera de ponerle frenos a los desaforados gastos que conlleva un Mundial.

La lección brasilera pende sobre nosotros y sobre nuestro periodismo deportivo, muy afecto a celebrar sorteos ganados, sedes ganadas, Rallies que destruyen nuestro ambiente, pero es muy poco seria a la hora de pensar quién paga todo esto.