GOANO EN FUTBOL PERMITIDO

Por Pablo Llonto. La pregunta es sencilla: ¿es Nacho Goano un buen conductor para el programa Fútbol Permitido de la TV Pública? No, decididamente no. Cuando en la noche del domingo último se preguntaba si el hecho que Bou aparezca como el goleador de Racing “anula” anteriores objeciones a la menuda falta ética de su representante que colocó al jugador en el mismo club que su otro representado (el DT Cocca) dejó claro una vez más que le falta y le falta.

 

Si a esta altura de su carrera Goano todavía se pregunta cuestiones así, estamos frente a un periodista que no sabe qué es bueno y qué es malo en la vida y en el deporte.

Por suerte otros compañeros del panel le pusieron los puntos y el tema derivó a lo futbolero. Pero no es tema minúsculo para un fútbol harto de los mercaderes y empresarios que arruinaron clubes. Ninguna victoria deportiva puede “embellecer” desfalcos, negociados, corrupciones. Ahí tenemos, en una punta, el Mundial 78 en plena dictadura, como símbolo claro de una Copa que jamás lucirá agraciada.

La TV Pública, luego de la conquista del derecho al fútbol por TV gratuito, ha realizado un enorme esfuerzo por mejorar la calidad de las transmisiones. No hablamos sólo de calidad técnica sino también de calidad periodística. En el camino se cometieron muchos errores que debemos mejorar y somos, quienes alentamos el combate al mercantilismo periodístico, los primeros con la obligación de señalar para mejorar. Nuestra crítica y autocrítica debió, debe y deberá ser feroz.

En esta columna estuvimos en contra de la colocación de Marcelo Araujo y sus alcahuetes en los puestos de vanguardia de las transmisiones. Eran el símbolo de los chupamedias grondonísticos. Defendimos el periodismo militante y politizado en el periodismo deportivo como en cualquier otra rama del periodismo. Todo ello frente a careteadas e hipocresías que hablan del periodismo neutro e independiente que parece decir siempre “gracias, yo no fumo” cuando están con el pucho escondido.

Quienes compraron por 5 centavos los derechos de TV en la fiesta menemista, quienes convirtieron la TV deportiva en un circo al servicio de la publicidad, quienes pensaban sólo en recaudar, dejaron un periodismo tan colmado de suciedades y tan berreta que llevará décadas levantarlo. La TV pública de estos últimos años nos enorgullece, aún con sus salteados desperfectos. Pero tenemos claro que la transformación total y maravillosa llegará de las manos y voces de trabajadoras/es de prensa que comprendan que el periodismo es política, y que el periodismo deportivo también.

Y en la política se elige: o al lado de los explotadores o cerca de los explotados.