gustavo lombardi

Por Pablo Llonto. La incorporación de los protagonistas para comentar partidos, en este caso ex futbolistas, fue un tema que ocasionó escozor en las redacciones deportivas. El corporativismo periodístico levantaba el dedo acusando a los “ex” de no cursar la carrera, de “no conocer las técnicas del periodismo” o simplemente de “llegar por portación de apellido”.

 

Todo ello fue cediendo paso ante la evidencia marketinera de los dueños de las transmisiones, necesitados de un gancho para atraer televidentes. Lo mismo ocurrió, y mucho tiempo antes, con los medios gráficos que contrataban entrenadores retirados o viejos goleadores estrellas para que luego un periodista les redactara sus columnas de opinión, en principio técnicas.

El mayor obstáculo (lo era y sigue siendo) resultaba la dificultad de los “ex” para romper los códigos del deporte y ser ser duramente críticos con el ambiente del fútbol.

He ahí el mayor problema. Porque los “ex” siguen envueltos en su lógica de vestuarios: no hablar mal de los colegas.

Pero vamos a la Copa América, que de ello se trata. Dos ex futbolistas demuestran todos los días que por algo conocen el juego mejor que nosotros.

Nos ocupamos esta vez de TyC Sports (de Latorre, en la TV pública, se sabe qué pensamos) y a la previa del partido Argentina-Jamaica. Por un lado, dos periodistas: Leo Farinella y Macaya Márquez, sentaditos en Chile a la espera del partido. El primero, enojado, cuestionando a Rojo como marcador de punta de la Selección porque que “se proyecta y después retrocede con la pelota” y anticipando que Jamaica “saldrá a defenderse”.

Macaya complementa la futurología y también crítica a Rojo balbuceando algo que – dice- aprendió en Italia y que se traduce en algo así como “cuando se juega de visitante los marcadores de punta defienden y cuando juega de local atacan”. No se entendió por supuesto si la Argentina en Chile es local o es visitante. Mucho menos se entendió que quiso decir.

Desde la mesa, el ex River Gustavo Lombardi, le daba un poco más de brillo al asunto anticipando que Jamaica podía animarse a complicar a la Argentina porque no tenía nada que perder. Sonaba más sensato y racional y fundamentaba sus razonamientos.

No se trata de quién sabe más sino de quién sanatea menos. Al final de cuentas, los comentarios previos de los partidos son eso, una sarta de conjeturas, que sirven para llenar espacios. Y en ese sentido, los ex futbolistas (al menos en esta tarea de la Copa América) llevan las de ganar. No tanto por mérito propio, sino por desmérito de periodistas como Macaya y Farinella que representan al periodismo deportivo de las
frases hechas y la falta de novedades.

He ahí una de las razones por las cuales se plasma un realidad que quizás termine imponiéndose: “futbolista supera periodista”.

Lombardi, compañero de este cronista en la revista Un Caño, es un creativo del periodismo deportivo. Busca los rincones no explorados, escapa al manoseo del hablar por hablar, y no chapea con su pasado en las canchas.

En el periodismo deportivo, tal vez por la mala formación de las últimas décadas o el desembarco del paganismo en la TV, los comentaristas no han brillado y se repiten fórmulas agotadoras. Lo peor de todo es que no se dice nada y se ocupan horas y horas de pantalla.

Ojalá que estos últimos años, por la incorporación del periodismo deportivo a algunas universidades nacionales, provoquen la aparición de nuevas generaciones formateadas de otra manera y que se sumen a los miles de jóvenes que intentan, sin Universidad de por medio, el cultivo autodidacta, la lectura, y la formación política, que los haga mejores comentaristas, cronistas, redactores y opinantes.

Buena falta hacían en esta Copa América.