SOBRE EL SUPLEMENTO DEPORTIVO DE LA NACIÓN
Todos pueden

Tapa La Nación - 2 de junio de 2008Por: Pablo Llonto. Una doble página revela – días atrás - el prontuario del presidente de San Martín de Tucumán; en otras sobresalen las denuncias del gerenciamiento escondido en San Lorenzo; contratapas abundantes en investigaciones y desenmascaramientos por Ezequiel Fernández Moores. ¿Es el suplemento deportivo de Granma? ¿Ha vuelto la revista Un Caño? ¿Reviven los espíritus de la mejor época de Página 12? No amigos. Se trata de la agradable explosión de cambio en el suplemento deportivo de La Nación.

O, lo que es similar, el achatamiento del periodismo gráfico que lo secunda, incapaz de estimular las cabezas de los lectores con creatividad y notas que excedan la rutina.

Decir lo mismo: un arte

La prensa escrita, la rutina y el deporte guardan desde hace un siglo una afinidad que abruma. El ingenio, o cualquier otro don, tienen una muerte repentina, a eso de las seis o siete de la tarde, cuando las decisiones sobre la edición de cada día llegan a su punto más caliente. O frío.

Podríamos decir que todas las secciones deportes se parecen, tanto como se parecen las secciones política o espectáculos. Ya hemos hablado de la repetición agotadora del tema “taxistas” “hoteles” “restaurantes” y “fichas de teléfono” en los diarios de viaje. También del aburrido trato a las lesiones semanales de los jugadores. O la capacidad para no decir nada sobre las transferencias de jugadores.

Quizás se trate de una maldición de Malinche que nos fatiga desde jóvenes y nos obliga a preguntarnos, ¿Es que odiamos la diversidad? El inagotable mundo deportivo nos sonríe todos los días con historias festivas o dolorosas que invitan a leer mucho más que las insoportables internas de jugadores y entrenadores. Pero no hay (o los hay muy pocos) periodistas que las busquen.

Esta debilidad, requiere algunos esfuerzos para superarla. La aparición de algunas señales en el suplemento deportivo “más paquete” de la Argentina (¿Será verdad que el polo, el rugby y el golf le interesan tanto a nuestra burguesía?) merecía una reflexión del tipo: si La Nación puede, todos pueden.

Una cosa es decir que La Nación Deportiva admite ciertas bondades. Otra que es el mejor suplemento deportivo del momento. Pero es bueno que se conozca que hay quienes realizan el intento de contarnos “la cara oculta del deporte”. Y aprender por ejemplo, que la denuncia contra Bilardo realizada hace unas horas por el ex futbolista Agresta, merece mucho más que un recuadro de ocho centímetros por dos.  

No, La Nación no será mi diario de cabecera. Ni el más recomendable. La tentación ya apareció cuando vimos por vez primera al Che Guevara en Punta del Este detenido y reflexivo con el diario de los Mitre en la mano.

Pero al pan, pan y al diario, diario.

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