El trapo rojo

Hay dos o tres de ellos que están convencidos de que el dinero da felicidad. Gustan de las informaciones trascendentes. Esta semana, por ejemplo, serían felices si Jonatan Castellano comentase en algún  medio los problemas de sus sponsors para conseguir financiamiento. O de los cuentos de hadas. Para ellos el cronista ideal es quien anda vuelta y vuelta por los ambientes del Business Sport, en las fiestas para lanzamiento de productos y se codea con los sobresaltados hombres, como Tinelli, que invierten en el país comprando futbolistas.

Otros deben ser amantes del Photoshop. Los conmueve una foto retocada y son capaces de perdonar toda mentirilla de los operadores de prensa a quienes sutilmente llaman Jefes de Prensa, Encargados de Prensa, Asesores de Prensa. Tienen razón, la envidia nos corroe. Es que hemos estudiado para esto y nadie nos llama para asesorar a un club, una megaestrella o, más no sea, un marcador de punta de Sacachispas.

Por último, nos exigen que respetemos el tedio. Les encanta que se hable siempre de lo mismo y que los diarios de viaje de los esforzados enviados especiales se la pasen elogiando peinados, ruletas, hoteles cinco estrellas y negocios para turistas. Una definición del periodismo que se animarían a suscribir sería: “profesión que te explica aquello que está a la vista de todos”.

Ellos están seguros de que nos levantamos y nos acostamos para defendernos de una conspiración internacional. La CIA, Bush, el Imperio, Y que hartos de que nos esquilmen hemos resuelto poner un grito en el cielo (porque además somos ateos, pero miramos al Cielo para lamentarnos).

Y yo que pensaba que Carlos Marx y León Trotsky y Bakunin estaban enterrados y que ya no molestaban a nadie.

Se habrán dado cuenta, entonces, que nuestro programa de TV favorito era “Boluda total”. Y que las parodias de “Coty” Nosiglia y los títulos de la revista (“Cólicos renales ¿son buenos o malos?”) han sido para nosotros el más brillante espejo del periodismo argentino. 

Hablando de Boluda Total. No se pierdan los viernes por la noche a Fox Sports 360 con Cecilia Chechu Bonelli y Carolina Di Nezio.  Días atrás llevaron a las leonas Carla Rebecchi y Noel Barrionuevo para preguntarles después de Beijing “¿entrenaste como loca no?” o “decime, en Beijing, ¿se alentaban entre todos los argentinos?”.

En verdad os digo, queridos lectores, que si tienen tiempo y desean comprendernos mejor, lean un poquito de Eduardo Galeano. Puede ser “El fútbol a sol y a sombra” o aquello que se les cante.

Porque andamos como él, sólo que mientras el uruguayo camina por el mundo mendigando un caño y una gambeta, a ello le sumamos mendigar un cacho de periodismo.

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