/Por Luis Majul. Me alegra, de verdad, que Jorge Lanata vuelva a la televisión abierta. Se lo dije a él, de manera directa, en privado y también en público. Es lógico que ahora recurra a figuras como Mario Pergolini, Ramón Palito Ortega y el Chaqueño Palavecino, además de hacer informes propios e investigaciones sociales, porque la tele hoy es diversidad, y porque ningún programa puede aguantar más de una semana si solo se centra en cuestiones políticas que le importan solo a un núcleo duro de personas que demandan mucha información. Analizar eso como una imitación a lo que viene haciendo desde hace tiempo La Cornisa sería un acto de mezquindad y de miopía. Lo mismo que pensar que invita a Mario en su programa debut porque pretende obtener los mismos resultados, en términos proporcionales, que los que obtuvimos en América con el creador de Vorterix. Eso, como diría Lanata, son tonterías de microclima, y los televidentes no le prestan atención, porque les importa más disfrutar de una buena emisión, más allá de las chicanas. Me parece bien que el Canal 13 haya roto su tradición de no incluir programas periodísticos con contenido político en la pantalla. Es evidente que semejante decisión estratégica responde al fuerte ataque del gobierno al grupo Clarín y todos sus profesionales.
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