ESPECIAL HIPERCRÍTICO - NÉSTOR KIRCHNER    
El día del censo

PLAZA DE MAYOPor: Javier Porta Fouz. Confieso que, por más que lo he intentado, mi propia participación en lugares con gran convocatoria no me emociona demasiado: he ido a una cantidad ínfima de conciertos a pesar de mi gran afición por la música; y he ido a poquísimos actos políticos o agrupamientos multitudinarios. No es lo mío: sí, estuve como niño en la asunción de Alfonsín; estuve desde muy temprano la primera noche de movilización en diciembre 2001; y quise ver pasar a Cristina Presidenta en 2007. Y no mucho más. Ahora miro por televisión la cantidad de gente en la calle para despedir los restos mortales del ex presidente y siento un enorme respeto por esa devoción, pero no logro compartirla. Tampoco fui al Congreso cuando murió Alfonsín, aunque me conmovió la cantidad de gente que fue, y tengo un recuerdo similar de cuando murió Illia. 

“Podré ser amado u odiado, pero nunca ignorado”, dijo alguna vez Oscar Wilde. Como ya quedó claro una y mil veces, este tipo de máximas eran aplicables a la carrera política de Néstor Kirchner. Y lo fueron cada vez con mayor frecuencia. Nunca voté al kirchnerismo, pero entre el fin del mandato de Néstor y el principio del de Cristina fui casi kirchnerista. Fue un momento en el que lo que yo consideraba aciertos de gestión pesaban más que lo que yo consideraba errores. Luego, aunque no dejé de reconocerle aciertos, ya fueron pesando más los errores. Y no dejo de pensar en que el día de la muerte de Kirchner era el día del censo, el día en el que el organismo más observado del día iba a ser el INDEC, cuya intervención y manipulación tal vez haya sido el mayor error político del kirchnerismo.

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