LLEGA A LA ARGENTINA
George Clinton y su galaxia funk

George ClintonPor: Alejandro Lingenti. Para muchos, George Clinton liberó definitivamente al rock del mal viaje psicodélico en el que había entrado de la mano de algunas bandas de la ácida Costa Oeste americana, a partir de fines de los 60.

No todos esos viajes, casi siempre folkies, eran puramente nocivos, claro. Hace unos días, alguien de la revista La Mano, enterado de mi devoción por Skip Spence, me pidió una nota sobre el exótico baterista de Jefferson Airplane que primero se convirtió en violero y alma del mejor Moby Grape y luego grabó uno de los discos debut más impresionantes de la historia del rock, "Oar" (1969). El disco es increíble, pero el estado mental de Spence cuando lo grabó también: no hacía mucho había sido internado en un psiquiátrico, luego de que entrara al estudio y amenazara a sus compañeros de grupo con una hacha de bombero. "Oar" es algo así como la resaca de esa etapa de consumo lisérgico indiscriminado; el impacto que produce deriva del estupor que provoca cada escucha, de la transformación del dolor y la incomunicación con los demás en algo de insólita belleza.

Goerge Clinton, que también siempre estuvo bastante chiflado, creyó demencialmente en su papel de Objeto Universal del Funk alrededor del cual orbitaban los más grandes músicos del género, todos negros. Con Funkadelic y Parliament llevó al género hasta el espacio exterior -vean, si no, la tapa del cósmico "Mothership Connection" (Parliament, 1975-, elastizando aún más el de por sí flexible groove de James Brown y Sly & the Family Stone. Cuesta encontrar un disco de funk que supere a esta obra maestra, y si uno se empecina en buscarlo, hay que empezar por la extensa y riquísima  discografía del propio Clinton, cuya inspiración galáctica llega hasta la actualidad.

Protegido de Prince, admirado por decenas de raperos, creador del P-Funk, el estilo que nació a partir de la cruza y sumatoria de la pesada artillería de sus dos batallones (Parliament + Funkadelic, hasta medio centenar de músicos en escena) y que explica la existencia de bandas como Red Hot Chili Peppers (lo genial de la banda de Flea es que sumó a esa filiación otra igual de extravagante pero completamente distinta en sonoridad, color y carácter, la de los Beach Boys), Clinton tiene, además de onda y talento, un sentido del humor a prueba de balas y una energía inusitada para alguien que está muy cerca de los 70. Viene a La Trastienda la semana que viene (19, 20, 21 de mayo). No se lo pierdan. 

{moscomment}