ROBBIE WILLIAMS: |
“Podría haber terminado como Michael Jackson” |
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"A los 35 años, siento la necesidad de ser un hombre un poco más estructurado", explica. ¿Y el título del álbum (ver recuadro) tendrá algo que ver con todo este rollo? "Es el nombre de una canción que escribí para una novia cuando tenía apenas 16 años -asegura Williams-. Con el tiempo olvidé la letra, pero siempre recordé el título. Y por otra parte hace referencia al fenómeno del reality show, que tantas discusiones genera hoy en día. Siempre me han divertido las discusiones intelectuales sobre ese tema. Me entretiene verlas, me causan gracia". Lo que no le causa tanta gracia a Robbie es el trato que ha recibido de la prensa de su país, sobre todo de la más amarilla. Tanto es así que sostiene que "la prensa británica es la peor del mundo".
En plena época de promoción de su nuevo disco, alguien le consultó por la letra del primer corte, Bodies, donde Williams se pregunta si realmente Cristo murió por los demás, como creen los que profesan el catolicismo. "Vi un documental que planteaba dudas acerca de la vida de Cristo y me hice esa pregunta -respondió-. Naturalmente eso molestará a los creyentes, pero yo no puedo definirme como uno. Iba a la iglesia, rezaba, pero ya no. Cuando estoy contento, pienso que puede que Dios no exista. Y cuando estoy triste, deseo que aparezca, lo busco. ¿No es habitual que nos pase esto?". La declaración levantó un poco de polvareda y, cuando alguien insistió con el tema, a Williams le pasó otra cosa habitual: se enojó y dio por terminada una entrevista. Los duelos con los periodistas son, a esta altura, una especialidad de la casa, la receta que le ha asegurado al pop star británico mucho espacio en los medios y, como consecuencia más o menos directa, éxito masivo: desde que inició su carrera solista, en 1997, ha vendido 55 millones de discos. No le había ido nada mal cuando dio sus primeros pasos en el mundo de la música, con Take That, es cierto. Robbie apareció en escena formando parte de aquel quinteto que surgió como respuesta británica al suceso americano de New Kids on the Block y terminó revolucionando el teen pop de los 90. Vivió unos años alimentado por la miel del boom comercial, hasta que se cansó de la disciplina que le exigía el negocio y encendió la mecha que haría que todo aquello vuele en pedazos.
Hoy, atento al suceso que su ex grupo logró con un promocionado regreso, no descarta el reencuentro: "unirme a Take That de nuevo es algo que está en mis planes, pero no hay plazos, no sé muy bien cuándo ocurrirá", señala. Por lo pronto, se prepara para recibir en febrero un premio por su "contribución a la música" (un invento que la propia industria utiliza para potenciar el marketing en torno a sus artistas), probable paso previo a una gira de presentación del nuevo disco de la que por ahora se sabe poco y nada, pero que necesariamente el británico, hoy afincado en Los Angeles, deberá encarar si no quiere seguir engrosando las pérdidas que los especialistas calculan han provocado su larga inactividad: 33 millones de euros. En esa clave deben leerse las "bromas" como la del casamiento y las provocaciones a los religiosos. Williams sabe que tiene que hacer ruido para no desaparecer del mercado. En un arrebato de sinceridad –no exento de humor, claro-, hace poco confesó cuál cree que sería su futuro si dejara de ser una estrella del pop: "me imagino muy gordo y deprimido, dedicándome a la venta de marihuana".
Post Data: Un tema con historia
Más allá de lo que Williams haya declarado respecto del nombre de su nuevo disco en las entrevistas -casi siempre cosas que poco tiene que ver con su inspiración original-, Reality Killed the Video Star es apenas una ligera variante de Video Killed the Radio Star (El video mató a la estrella de la radio), el célebre tema de los Buggles que fue, además, el primer videoclip que se emitió por MTV, en 1981. Uno de sus autores fue Trevor Horn, quien es precisamente el productor del flamante álbum de Robbie. Tanto la letra de aquella canción de los Buggles como las imágenes del videoclip, que mostraba varias radios explotando, hacen referencia a una vieja estrella de la radio que ve como sus días de gloria acaban debido a la proliferación del video. La canción alcanzó el número uno de los charts del Reino Unido en 1979 y forma parte del disco de los Buggles The Age of Plastic, de ese mismo año. Entre los artistas que alguna vez hicieron versiones del viejo hit de los 80 aparecen Erasure y Radiohead.
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