WATCHMEN
El cómic que cambió todo

CiccoCicco recomienda. No hay nada como Watchmen. Si no lo leyó y si cree que la historieta es cosa de adolescentes con granitos en la cara, es porque no sabe qué coño es Watchmen. Y, lo que es peor, no conoce a Alan Moore, el genio inglés detrás de la historia. Se viene ya el estreno de la película basada en el comic, pero como suele suceder con las películas: el cine nunca cuenta todo.

Moore le dio un espesor impensado a las tramas de superhéroes. Las convirtió en una obra maestra literaria. Es como si Van Gogh tomara un dibujo de un niño de 3 años y lo repintara completamente. Como si Beethoven recompusiera una canción de Los Palmeras. Ese es el efecto Moore, influenciado por tipos como William Burroughs y el sanguinolento Clive Barker. Y Watchmen –porque también están la ideológica V de Vendetta y la oscura Desde el infierno, de las cuales también es creador- es la mejor muestra de esto que venimos hablando desde no sé cuántas líneas atrás.

Publicada en 1986 en la revista DC y ambientada en los EE.UU. de la era Nixon, Watchmen –es decir, los vigilantes- narra la vida de una banda de viejos superhéroes que actúan en la marginalidad debido a una insólita prohibición de mostrarse. Estos vigilantes venidos a menos regresan sin bombos y sin platillos, a causa de una conspiración para eliminarlos uno tras otro, mientras los Estados Unidos entran en una escalada bélica con la Unión Soviética. Si los Watchmen no vuelven, no vuelven nunca más.

Pero Moore no se queda en las trompadas y los músculos. Hunde el cuchillo en la libertad humana, en la política, en el totalitarismo, y profetiza cómo un gobierno podía capitalizar una matanza colectiva.

Prácticamente todo lo que hizo este hombre fue a parar al cine: La liga extraordinaria, V de Vendetta, Desde el infierno. Tiene un libro de cuentos que suceden en el mismo sitio y sin conexión aparente, que no leí. Y un guión intitulado Fashion Beast, que se inspira levemente en la vida de Christian Dior, y que aún no se filmó.

Moore es un excéntrico total: le hizo un corte de manga a las grandes compañías de comic, milita en un círculo de magos desde los ’90 donde es un adorador de la serpiente Glycon, y se declaró abiertamente anarquista.

Por eso, desde aquí le recomendamos, vaya a las fuentes y lea la historieta. Lea Watchmen, es la Biblia de todo lo que vino antes y lo que vendrá después.

No se quede con la palabra de Hollywood. Que, como bien sabe, nunca tiene razón.

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