TEATRO Y FOTOGRAFÍAS
Del grotesco a la belleza extrema
Adriana Amado SuárezAdriana Amado recomienda. Para los que piensan que la juventud está perdida, nada mejor que visitar el pasado para ver que entonces era igual. La acogedora sala del Teatro del borde (Chile 630) ofrece los viernes tarde "Muñeca", una obra de Armando Discépolo que habla de la tristeza de los niños ricos y el grotesco como marca innegable de la identidad nacional. Vale la pena experimentar la soberbia actuación de Gabriel Nicola (que se destacó también en Los desórdenes de la carne), quien con sus compañeros saben llevar a los espectadores al grotesto como expresión lascerante de la porteñidad.

También fotografías: Buenos Aires ofrece dos muestras de fotografías diametralmente opuestas pero a la vez idénticas. "La mesa de lo ordinario" es una muestra que la Alianza Francesa (Córdoba 946, entrada libre) tiene hasta mediados de julio. En ella Stéphanie Lacombe nos muestra la intimidad del acto de comer que confirma cómo una necesidad básica se materializa de la misma manera en geografías tan dispares. Y cómo lo ordinario también puede ser bello. En el Malba ocurre lo mismo: la muestra de Robert Mapplethorpe, con otros recursos estéticos, también encuentra la belleza extrema de rostros extraños, de objetos procaces, de rincones cotidianos. La vida fotografiada es bella.

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