Por: Juan Terranova. 1. La anécdota, a veces con forma de chiste, es conocida y cada uno tiene su versión. Un argentino se va a Europa, por lo general, a España. En Cataluña, o en Sevilla, o en Andalucía, conoce a una española. La relación se desarrolla con pasión y comprensión de ambas partes hasta que ella, a partir de algún comentario de él, pregunta “Pero, bueno, a ver, ¿qué es el peronismo?”. La forma de la pregunta es especialmente importante. ¿Qué es el peronismo? No cómo funciona, si todavía está vigente, cuál es su doctrina, sus principios, qué transformaciones sufrió desde su creación, o eventualmente quién fue Perón y quienes son sus seguidores, o sus detractores, o sus falsos seguidores sino ¿qué es? El argentino no tiene respuesta, por supuesto, y la relación –que puede suponer exiliado político al protagonista de la anécdota– se malogra. La pregunta por el elemento esencial, constitutivo del peronismo, aquello que lo define, que le da entidad, subsiste vencedora como la esfinge que no logra ser descifrada. En el 2007, Carlos Godoy publicó en papel la Escolástica Peronista Ilustrada. Antes el poema ya circulaba y era leído en la web. Tomaremos la fecha de publicación entonces como “circa 2007”. Como fuere, se anticipa decididamente un año al conflicto que el Gobierno Nacional mantuvo con el sector agropecuario en el 2008 y entendemos que su escritura y publicación original es contemporánea a la campaña y la elección de Cristina Kirchner como primera presidenta electa de los argentinos. Si aceptamos que la pregunta por el peronismo subsiste, Carlos Godoy la toma e intenta responderla. Y si “intenta responderla”, en ese intento ya está la transgresión y eventualmente la respuesta. De ahí la importancia de su poema.
|