Libros

ANÉCDOTAS DE MILITANCIA EN EL MALBA
Hay que ver “Los resistentes

Los resistentesPor: Juan Terranova.  Esta es una columna sobre libros y el mundo editorial, pero como Javier Porta Fouz se dedica a reseñar casi exclusivamente películas de mierda, me veo en la necesidad de pasarme, por una vez, al cine. Y confieso que me cuesta ir al cine. Básicamente es una actividad que no me gusta. Las butacas me llenan de ansiedad. No soy reacio a consumir basura fílmica, pero sí a hacer de eso un ritual larguísimo que implique salir de mi casa. El domingo 21, sin embargo, leí la contratapa de José Pablo Feimann en Página/12 y me convenció. A la tarde fui al MALBA. Aparecí un rato antes porque la nota había sido muy convincente y temía encontrarme a todo el facho-progresismo kirchnerista en la sala. Pero llovía mucho. Y la clínica privada del MALBA queda muy lejos de los circuitos culturales habituales.

VERSIONES DE AIRA (FINAL)
Aira y el futuro

AIRAPor: Juan Terranova.  101. ¿Quién es César Aira? Por un lado aparece como el patrono oficial del delirio, lleno de imaginación, dedicado con paciencia a subvertirlo todo, desde la tradición nacional hasta el género del haiku. Por el otro se dibuja a sí mismo como un hombre pudoroso, un fóbico, un Samsa que no soporta la banalidad ajena. Su nombre se adjetivizó hace rato. Produjo un estilo. Existen hoy las narraciones “aireanas”. Y la instauración de la palabra “delirio” para elogiar una prosa, ¿no es producto directo su prédica crítica y estética? ¿O se trata de una mala lectura? Y si esto es así, ¿de una lectura productiva o empobrecedora?

VERSIONES DE AIRA (9)
Los hijos de Aira

AiraPor: Juan Terranova.  93. Sandra Contreras aporta la idea de “continuo” y la de “literatura malograda” en relación a la cantidad de libros publicados por Aira. “Aira publica todo, lo bueno y lo malo, todo” dice Contreras. ¿Solamente eso? ¿No hay ahí un gesto que debe ser analizado más allá de ser significado?

 

VERSIONES DE AIRA (8)
Entrevista y oxidación

AiraAiraPor: Juan Terranova. 76. ¿Qué es la vejez? ¿Qué significa que un escritor, un creador, un artista envejeció? No descuidaría el paso del tiempo en este tema, aunque tampoco se trata de un asunto de calendarios.

VERSIONES DE AIRA (7)
Aira y Fukuyama

FukuyamaAiraPor: Juan Terranova. 58. Para empezar digamos una cosa. Francis Fukuyama me parece un arribista ridículo y no tiene ningún crédito como escritor o politólogo, aunque sí algunos, muy precisos, como publicista y militante. En cambio, Aira es un narrador atractivo y complejo, cuya lectura genera contradicciones y desafíos. Como punto de partida, entonces, los veo en lugares diferentes de la biblioteca contemporánea, incluso lugares opuestos. Fukuyama asesora a los gobiernos del Imperio, Aira imagina imperios y problemas ridículos para esos Imperios. De hecho, Fukuyama podría ser, sin problemas, empezando por su nombre, un personaje de Aira. Pero Aira jamás podría ser objeto de estudio de Fukuyama.

VERSIONES DE AIRA (6)
Narrativas del ocaso

AiraAiraAIRAAiraAiraAiraPor: Juan Terranova. 42. Como ya señalamos aquí, Sandra Contreras en su libro Las vueltas de César Aira enfrenta, no sin argumentos, al autor a de La luz argentina con el tándem Piglia-Saer, que serían, como ella misma expone a partir de un artículo de Matilde Sánchez, “nombres del consenso”. Que las poéticas y las posiciones estético-políticas de estos escritores se enfrentan queda más claro que el motivo por el cual lo hacen. Contreras cita varias veces una seductora “negatividad adorniana” frente al continuo y la confianza “afirmativa” de Aira. El argumento, lúcido, merece atención. Sin embargo, hay otras relaciones posibles. Si Contreras no confiara tanto en la palabra de Aira y en sus teorías para leerse a sí mismo, quizás habría podido generar otras productivos desvíos que no necesariamente ponen en duda el enfrentamiento. 

VERSIONES DE AIRA (5)
La teoría del tercero excluido

AiraAIRAAiraAiraAiraPor: Juan Terranova. 36. César Aira es básicamente un tipo que juega a la escondida desde hace treinta años. Por supuesto, a veces se esconde bien, o muy bien, y otras muy mal. Uno se puede esconder durante treinta años. Pero como es mucho tiempo, la tentación de verificar si realmente te están buscando te llena de ansiedad.

VERSIONES DE AIRA (4)
La venta de las imposibilidades

AiraAIRAAiraAiraPor: Juan Terranova. 27. Cansado de las cosas bien hechas, César Aira –pero no sólo él– dice en la bruma plateada de la década del ‘80 que hay que probar por otra parte. ¿A qué se refiere con lo “bien hecho”? ¿A los best-sellers que empiezan a verse en las mesas de las librerías como novedades de la Era Reagan? Aira impulsa la idea del arte como procedimiento y también lo que él llama “la mala literatura”. Su famoso ensayo La nueva escritura, publicado en octubre del 2000, es la declaración más conspicua –pero no la única– de su vocación por el “procedimiento”. Ahí la tradición es clara. La operación, aunque esconde sus aristas y no poco de su núcleo, resulta hasta simpática. Primero, porque es evidente que Aira no escribe sus libros tirando una moneda al aire; y segundo, porque el ensayo carece de la novedad que ofrece y se ríe un poco de eso.

VERSIONES DE AIRA (3)
Las vueltas del doctor Aira

AiraAiraAiraPor: Juan Terranova. 11. Las vueltas de César Aira, basado en la tesis de doctorado de Sandra Contreras, es el intento más lúcido y potente de la academia argentina por entender qué es lo que pasa con Aira, y cómo leer y desenredar sus complejas operaciones estéticas. Contreras es una lectora informada y su prosa crítica es sólida. Editado por Beatriz Viterbo en marzo del 2008, el libro organiza de una manera inteligente un corpus que si bien no es tan caótico como parece, sí es abundante y escurridizo. Su lectura es recomendable.

VERSIONES DE AIRA (2)
Hacia la canonización en vida

AiraAiraPor: Juan Terranova. 5. Constantino Bértolo, el editor del sello español Caballo de Troya, me dijo una vez: “Edito para jóvenes universitarios de humanidades que quieren escribir”. Lo decía con aire de resignación, pero no me parece algo malo en sí mismo. Más allá de su honestidad, la precisión de Bértolo es interesante porque marca una franja social que muchas veces es despreciada o ignorada. Se trata de una especie de esfera intermedia, que funciona en potencial, muchas veces nutrido de narcisismo. El personaje que lee para escribir, diferente del que lee por placer, o el que lee por curiosidad. El lector que quiere dar el salto a la escritura. El lector que quiere estar “enterado”. Si se recorta apenas un poco más, los “jóvenes universitarios de humanidades que quieren escribir” se transforman muy rápido en los “universitarios de humanidades”. La escritura y la juventud quedan en el camino.