ENTREVISTA A JOSÉ NATANSON
Visión panorámica de la nueva izquierda

La nueva izquierdaPor: Juan Terranova. José Natanson es politólogo y dirige la revista de ciencias sociales latinoamericana Nueva Sociedad. Hace cuatro años empezó a pensar un libro que retratara el clima político que vive América Latina. La pregunta era: ¿qué es esto que vino después del neoliberalismo? El resultado de unos veinte viajes, decenas de seminarios académicos y más de 50 entrevistas es La nueva izquierda. Triunfos y derrotas de los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Chile, Uruguay y Ecuador. Natanson cree que “a veces se entiende mejor cómo funciona la economía de Boliva con una descripción de la Feria de El Alto, el mercado popular más pobre de Sudamérica, donde se pueden comprar desde camiones hasta pajaritos”. Entre sus entrevistados figuraron los grandes referentes de la política y el pensamiento de la región, desde Fernando Henrique Cardoso y Néstor Kirchner a Ricardo Lagos y Eduardo Duhalde, desde Ernesto Laclau a Guillermo O 'Donnell.

¿La respuesta al "Que se vayan todos" fue la izquierda?

En muchos países, estos nuevos gobiernos llegaron después de crisis profundísimas, luego de estallidos sociales y puebladas. En otros casos son resultado de transiciones más serenas. Pero todos expresan, de un modo u otro, el final del neoliberalismo. No necesariamente son anti-neoliberales, pero sí son post-neoliberales. Son más “post” que “anti”. Lo central es que son el resultado de la voluntad de cambio de la sociedad, más allá de que después podamos discutir si ese cambio se concretó en la práctica o cómo se llevó a cabo, etcétera. El origen de la nueva izquierda se explica por dos factores: el primero es este hartazgo con el neoliberalismo, que fracasó incluso en sus propios términos, en sus propios objetivos. El neoliberalismo no se proponía mejorar las condiciones sociales y en eso fue un desastre, pero sí se proponía relanzar el crecimiento, y en eso también fracasó. El otro motivo que explica el surgimiento de la nueva izquierda es Estados Unidos. Después de la caída del Muro, Estados Unidos distrajo su atención de América Latina y esto creó un vacío de influencia que permitió que aparecieran estos nuevos gobiernos.

De todos los que analiza en su libro, ¿cuál es el gobierno que ve más sólido o con más posibilidades de cumplir sus objetivos originales?

Quizás el de Lula. Asumió en un momento muy difícil, en una crisis financiera grave, logró estabilizar el país y luego de unos años difíciles recuperar el crecimiento. Yo critico mucho a los que dicen que Lula es neoliberal y punto. Me parece que es simplificar las cosas. Lo mismo que decir que Chávez o Evo son populistas. Son términos que no explican nada. En el libro cito a un intelectual francés que propone declarar una “moratoria” en el uso de la expresión populismo. Suscribo la idea. Mi objetivo principal al escribir fue tratar de matizar y discutir esas afirmaciones tontas, tipo “Chávez es populista”, “Lula es neoliberal”, “Evo quiere venganza”. Cuando asumió, Lula decidió que no quería que Brasil estallara como Argentina porque pensaba que era la peor alternativa. Tenía razón. Y lo consiguió. Pero además hizo otras cosas. Por ejemplo, amplió mucho los planes sociales. Hoy tiene un plan, el Bolsa Familia, que le da comer a 40 millones de personas. Es una cantidad enorme, más o menos la población de Argentina, que come, literalmente, gracias al dinero que les transfiere el gobierno.

¿Qué gobierno de los que analiza en su libro le hubiera gustado votar?

A Evo. De los siete gobiernos que analizo, creo que es el que la tiene más difícil, pero también al que le deseo más éxito. En ningún país de la región pasaba lo de Bolivia: 67 por ciento de población indígena y el poder siempre en manos de las elites blancas. La llegada al poder de Evo es una revolución simbólica enorme. Ya de por sí es un avance importantísimo. Pero Evo gobierna el país más pobre de Sudamérica, enfrenta a una oposición feroz, está muy condicionado por los movimientos sociales e indígenas que lo llevaron al poder y que -comprensiblemente- le exigen cambios más radicales. Al mismo tiempo, que le vaya bien a Evo es fundamental para el futuro de la izquierda. 

Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Venezuela, Uruguay y Ecuador: ¿no corre el libro el peligro de abarcar y generalizar mucho?

Es un riesgo. Mi objetivo fue plantear una visión panorámica de la nueva izquierda, y al mismo tiempo traté de ser preciso. ¿La política económica de la nueva izquierda es una continuidad o una ruptura con el neoliberalismo? Los temas del libro: la economía, las instituciones, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, para mí deberían ser la vara con la que se mide el éxito o el fracaso de los gobiernos de izquierda. Si no logran combatir la pobreza y la desigualdad, ¿para qué sirven?

Usted dice en la Introducción que el libro carece del "rigor (mortis)" de las investigaciones académicas. ¿A qué se refiere puntualmente?

Lo que quise decir es que muchas veces los análisis académicos están escritos en un tono tremendamente aburrido. A veces dicen cosas interesantes, pero de una manera tan latosa que nadie quiere leerlas. Leí toneladas de papel y volqué en el libro las ideas que me parecieron más valiosas, previamente procesadas.

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