una versión de Goya

Por Juan Terranova. Lunes. Empiezo la semana con Etchevehere: “Aplicar la ley antiterrorista a los sojeros es un acto fascista”. Sigue: “El titular de la Sociedad Rural se refirió a la posibilidad de que el Gobierno implemente la norma para que los productores agrícolas vendan la soja y conseguir así dólares”. Si vale mi opinión, me parece un buen uso de una ley ridícula. Me recuerda la frase de Brecht sobre los bancos, los ladrones de bancos y los fundadores de bancos. También está el temita del uso de la palabra “fascista”. Cuando llegue el fascismo a la Argentina, cuando vuelva, cuando una de sus variantes reaparezca en la escena política, Dios lo impida y nos proteja, no vamos a leer esa palabra en el diario.

Lunes, más tarde. Otra nota similar. También en La Nación. Una mujer escribe, quejándose: “Sin publicidad, todos estos diarios tendrán a la larga que cerrar. Si eso ocurre, los lectores argentinos se quedarán con los periodicuchos del Gobierno, y el país –incluyendo los electores de 16 años– habrá perdido su libertad”. ¿Y qué pasa con Internet, señora? La libertad. Gran vidrio traslúcido, La Nación desnudada por sus festejantes, incluso.

Martes. Para una clase, releo El canon universal. Bloom de forma muy breve, casi al pasar, compara a Cervantes y a Shakespeare, a los autores, a los hombres. Dos biografías opuestas, dice. Uno vivió, guerreó, fue herido, vivió cautivo de moros y cristianos, se endeudó, buscó el amparo del poder sin lograrlo y a duras penas pudo mantener su familia unida. El otro carece de biografía, terminó su vida satisfecho, colmando sus ambiciones, que no eran muchas, y tuvo la venia del público y la aristocracia. Desde el principio, entonces, las diferencias innegables entre el dramaturgo y el novelista, entre la fiesta de los actores y la necesaria soledad del que narra en prosa.

Miércoles. Me escribe un amigo: "No se qué es más insufrible, si los debates pelotudos del campo literario o los que se quejan de los debates pelotudos del campo literario".

Jueves santo. Mientras escribo, entro en la web y sin querer caigo en una parodia de Saturno devorando a un hijo de Goya. En vez de Saturno el que muerde es Alf y no es a su hijo al que se come sino al gato Suertudo. Después encuentro el cuadro de Rubens que versiona el hecho y que es realmente terrible.

Viernes santo. ¿La escritura del pecado? También deberíamos pedir perdón por algunas de nuestras lecturas. Empezando por Facebook.