kant s critiques

Por Juan Terranova. Lunes. Soñé con la bomba atómica y con Harry S. Truman. En mi sueño, había un pasillo blanco y gente hablando. En un momento yo me acostaba en un sillón y alguien decía "ya tiraron la bomba, mister president." Truman tuvo una hija que se llamaba Mary Margaret. ¿Le decían en el colegio Mary, da bomb? En abril de 1945 el viejo Harry asumió por la muerte de Roosevelt. En agosto estaba autorizando el uso de armas nucleares contra Japón. Encuentro sus declaraciones en Wikipedia: “Sabía lo que estaba haciendo cuando detuve la guerra... No me arrepiento y, bajo las mismas circunstancias, lo volvería a hacer.” Matar un montón de gente para que no se siga matando más gente. No me resulta contradictorio. Siento admiración por Truman. Brecht decía que al lado de fundar un banco robarlo no parecía un delito. ¿Y qué tal la bomba al lado de los artesanales asesinos en serie, Mister President?

 

Más tarde. “El amor está antes que usted. Ámelo" decía Bretón. Podríamos agregar la lengua. La lengua también está de antes que usted. “Y no se vayan a creer que el hombre la inventó” decía Lacan.

Un poco más tarde. Aparezco en una revista francesa como “Le critique Juan Terranova.” Mi intervención dice así: “Le critique Juan Terranova est plus catégorique encore: «Le monde éditorial évolue plus rapidement que les auteurs, qui continuent d’écrire des livres ancrés dans le XXe siècle."

Miércoles. Abro un viejo archivo word y encuentro esta lista, en medio de la página, nada más:

Un hombre nace en 1899.

Un hombre nace en 1900.

Un hombre nace en 1910.

Una mujer nace en 1925.

Una mujer nace en 1950.

Un hombre nace en 1962.

Un hombre nace en 1975.

Un hombre nace en 1983.

Un hombre nace en 1989.

Una mujer nace en 1990.

Miércoles, más tarde. Pongo en Twitter: “Estoy escribiendo mi Historia Personal de la Guerra de la Independencia Argentina.” Pienso que, como lectores, tuvimos que esperar a Rosas para ver cruel derramamiento de sangre patria y me parece mal. ¿Por dónde empezar? Primero que nada habría que contar los muertos y fijar la cantidad de soldados que peleaban por batalla. Contar fusilados, masacrados, degollados y mutilados. ¿Es posible que la revolución argentina haya sido algo tan sano y puro que no nos haya dejado ni un solo misero suicida?

Jueves. Luis Andrade puso en su muro de Facebook la foto de la portadilla de una edición de Kant´s Critiques, impresa en el 2008. Aunque la foto es pequeña se ve con claridad un “parental advisory” que dice así: “Este libro es producto de su tiempo y no reflejaría los mismos valores si se hubiera escrito hoy. Los padres deben discutir (to discuss) con sus hijos como las miradas sobre raza, género, sexualidad, etnicidad (ethnicity) y las relaciones interpersonales cambiaron desde que este libro fue escrito permitiéndoles así leer este trabajo clásico.” ¿Hay que discutir Kant con los niños para que no se entusiasmen, lean de forma literal y hagan una revolución? La escena resulta ridícula. Dos padres vestidos con ropa de los años cincuenta –vestido, suéter blanco escote en ve–, frente a una chimenea, discuten con sus dos hijos a Kant para que sus hijos –¿qué edad tienen? ¡por Dios!– no caigan en la tentación de creer en los prejuicios epocales y el machismo kantiano. Kant seguramente se está riendo de esto mientras le agrega un poco de sal a la insulsa sopa de pollo que le sirvieron en la cocina del purgatorio.

Viernes. Cristino Bogado me está diciendo que Nabokov quiso dar clases en Harvard en 1957, pero fue rechazado por Roman Jakobson, en ese momento, nombre de peso en el departamento de lenguas eslavas. Al parecer a Jakobson no le gustaban las ideas de Nabokov sobre Dostoievski. Le dijeron que se trataba de un gran novelista y respondió con la famosa frase de un elefante dirigiendo un zoológico. Pero el novelista era una excelente lector... ¿Coincidencias entre los Estados Unidos y la gran madre Rusia? Según Nabokov, los campos de Vermont a veces parecían Siberia. En Moscú quizás hablen de la pampa y se sonrían, diciendo "Un lugar tan lejano... Más lejos que Siberia." Al leer lo de Nabokov me acordé que, detenido en Siberia, Lenin le escribía a su madre y le pedía que le mandara una escopeta para cazar. Al rato me vuelve a escribir: “¡Genial tu posicionamineto contra las ñoñerías de los grandes hombres de Markson! Eso sí, no coincido contigo en tu ataque o incomprensión de que la lectura lo es todo (que tampoco dice Markson, él lo que dice es que hay que citar). Para mí (que, decimos en Paraguay, un condicional) la escritura es Solo y únicamente lectura (con el cual de un plumazo mando al diablo eso de "publicar ahora,escribir después", por citar una idea ya obsoleta hoy), el resto es nada. ¡Vivir es leer! La vida, la naturaleza, la existencia, y claro, también, libros.” Le respondí “concedido.” Y luego agregué: “(Aunque sigo pensando que tirar un tiro o carnear un chancho se escapan del acto de leer. El paréntesis va por pudor.)”