SANTO

Por Juan Terranova. Lunes. Leo Due anni di battibecco de Malaparte en una traducción española del 67, editorial Luis de Caralt. Le pusieron de título Picotazos. ¿Habría sido mejor “Dos años de discusión”? Creo que sí. Por lo que se ve Malaparte podría haber discutido mucho más de dos años. En un artículo hay una escena descripta con patetismo en que dos enfermeros juegan con las tripas de Mussolini. Malaparte dice que juegan al ping-pong.


Lunes, más tarde. Leo una nota donde se reproducen una serie prescriptiva de consejos que Thelonius Monk le daba a sus músicos. Por momentos también parecen autoconsejos, normas de conducta musical que deben ser tenidas siempre en cuenta. Al parecer la lista fue transcripta por el saxofonista Steve Lacy en 1960. Me gusta mucho uno que dice: “Just because you´re not a drumer, doesn´t mean you don´t have to keep time.” La traducción más simple sería: “Solo porque no seas baterista, eso no quiere decir que no tengas que mantener el ritmo.” Sí, esa la traducción simple pero hay muchas otras y muy complejas traducción.

Martes. Leo una noticia en Crónica: “Un despechado sujeto asesinó a puñaladas a su ex pareja, a quien ultimó mientras despedía los restos de un amigo que se había suicidado horas atrás. El terrible drama se desencadenó el domingo las 8.30, ante la mirada sorprendida de los vecinos y familiares que tributaban el último adiós a un joven que se había quitado la vida, colgándose de un algarrobo.” El detalle del algarrobo me conmueve. También me gusta la adjetivación invertida: “Despechado sujeto”, “terrible drama.” No puedo leer más que ironía, aunque es muy probable que sea apenas un rasgo de estilo. (Claro que los rasgos de estilo nunca son “apenas” rasgos de estilo.)

Miércoles. Una cita del libro de Safranski, Heidegger, un maestro de Alemania: “Para el joven Heidegger sin duda es un criterio decisivo de la verdad el hecho de que con ella nuestras cosas no se presentan fáciles, de que ella sólo puede poseerse en el “arte de la aprehensión de sí mismo y de la renuncia a sí mismo.” Conocemos la verdad en el rasgo de que ésta se nos resiste, nos exige y transforma. Sólo el que puede prescindir de sí mismo, el que «consigue -también- la libertad espiritual frente al mundo de las tendencias instintivas, encontrará la verdad. La verdad es un requerimiento que cuestiona el espíritu de la autonomía sin límites." La verdad ilumina, pero no es espontáneamente evidente. La presunción tiene que doblegarse ante la "autoridad religiosa y moral." "Ya el simple hecho casi opresivo de que la mayoría de los hombres, abandonados a sí mismos, no quieren encontrar y conquistar la verdad, sino que la crucifican, sustrae todo fundamento a las posibilidades de una ética individualista."

Miércoles, más tarde. Kerouac escribió una vez que prefería ser flaco antes que famoso.

Jueves. Vengo arrastrando la historia de la jirafa que murió cuando su cabeza dio contra un puente. Creo que hay algo a un nivel metafórico que todavía no capto y entonces la dejo para después. La historia se resume en un copete que podría ser así: “Una jirafa era transportada por una autopista, su cabeza golpeó contra un puente y murió. Ocurrió en Johannesburgo, Sudáfrica.” Sin embargo, había una segunda jirafa que la acompañaba en su viaje, y a esa no le pasó nada. Javier me dice que una de las Hangover tiene una escena similar. El tipo va manejando contento con su jirafa y un puente la decapita. Pero en este caso era solo una la jirafa transportada. ¿Qué pasó con la segunda jirafa sudafricana? ¿Se agachó, no era tan alta? El sonido del golpe debe haber sido siniestro. La metáfora sigue ahí. Por momentos se vuelve un poco difícil no identificarse con la que no vio venir el puente. Pero la otra, la testigo, también me cautiva.

Viernes. Estuve repasando los Ensayos de tolerancia de Correas. Es un libro chico, que se puede llevar bien en el bolsillo de un saco o una campera. Es cómodo tenerlo siempre a mano. Leerlo me recuerda un poco por qué hago todo lo que hago. Y me hace bajar las expectativas ridículas, me centra, me acompaña. “Solo porque no seas baterista, eso no quiere decir que no tengas que mantener el ritmo.” Tiene una doble negación, sí, pero sirve para todas las ocasiones. En este caso sería mantener el ritmo de lectura.

Viernes, más tarde. Parece que cuando empezaron a restaurar una escultura del templo de San Bartolo Cuautlalpan, en Zumpango, Estado de México, descubrieron que tenía dientes humanos, no de animales o cerámica, como se usaba en el siglo XVIII. “Estudios revelaron que posee ocho piezas dentales reales...” Se entiende: “reales” como sinónimo de “humanos.” La figura es El señor de la paciencia y se lo presenta todo lastimado y sangrante. Se cree que los dientes fueron la ofrenda de algún deudo. Espero que los haya ofrecido post morten.