cartel

Por Juan Terranova. Lunes. Revolviendo mis archivos encuentro dos citas de David Foster Wallace que me pasó Lamberti. La primera dice: “Realismo Catatónico, alias Ultraminimalismo, alias Carver del Malo, en el cual los barrios residenciales son yermos, los adultos son autómatas y los narradores simples máquinas neutras de percepción, que recitan en monosílabos sin párrafos los ingredientes artificiales de los cereales del desayuno y de la nueva no-alma humana.” La segunda: “Mi aversión personal hacia el Ultraminimalismo, creo yo, viene de su ingenua pretenciosidad. La Panda Catatónica parece pensar que por el mero hecho de invertir los valores que nos impone la televisión, el cine comercial, la publicidad, etcétera, ya pueden alcanzar de forma automática la profundidad estética de la que el entretenimiento popular carece de forma tan notoria. En realidad, por supuesto, los Ultraminimalistas no están menos infectados por la cultura popular que otros escritores NJ: simplemente eligen definir su arte por oposición a la atmósfera donde viven. La actitud que revelan se parece a la de esos neoclásicos de poca monta que pensaban que la ausencia de vulgaridad no era solo un requisito, sino también una garantía de valor, o a la de esos académicos inseguros que confunden la dificultad con la profundidad."

 

Lamberti también me pasó el nombre del libro de donde las sacó, En cuerpo y en lo otro, y un link para descargarlo. Pero todavía no lo pude descargar. Sí bajé entero Critica della Vittima de Giglioli Daniele y lo estuve leyendo. Describe un estado de época a la perfección. Y desde ya aparece muy ligado a lo que describe Foster Wallace.

Martes. Este año el cumpleaños de Cortázar se me hizo un poco largo. Cumplía cien años. Lo Presti me hizo algunas preguntas por mail para una nota. Le respondí que Cortázar se había escolarizado demasiado, y que eso no era culpa de nadie, pero, así, escolarizado, su obra se transformó. Nadie va tanto tiempo al colegio secundario y sale sin marcas. Chocar contra la primera línea de las profesoras de literatura de nuestros colegios normales no es un episodio menor del arte. Hay autores que aguantan mejor: Arlt, Borges, Fogwill, Manuel Puig, incluso Saer. Ni hablar Sarmiento o José Hernández. La lectura pedagógica no implica una perdida, le dije a Lo Presti, pero es una lectura muy poderosa. Y en el fondo la pasión de Cortázar, su romanticismo, se termina diluyendo. Pasó con el positivismo y su novela, con el surrealismo, pasó con Cortázar. Hay zonas de la obra de Arlt y de Borges y de Fogwill o de Manuel Puig que siempre van a ser refractarias a la escuela media. Para no hablar de Lamborghini o Castelnuovo, pero el pobre Cortázar cayó entero. Después LoPresti me preguntó si le reconocía algún heredero. Y respondí: Aira. Me pidió explicaciones. Le dijo, un poco osado, que Aira era heredero directo de Cortázar en el mecanismo y en sus influencias. Duchamp, las vanguardias francesas, Raymond Roussel. Cierto ingenuismo muy siglo XX. cierta “afectación.” También la belle écriture, la “experimentación”, la adoración del lector y el consecuente éxito entre el público culto y no tan culto. Hablamos de influencias y me escapé del tema, pero después volví. “Si me permitís algo más –le dije–, creo que hay herederos menos directos, autores o figuras de autor que cultivan un estilo literario campechano muy años-60-todo-bien-con-todo, tipo Sasturain, Saccomano, Mempo Giardinelli. Parece que nada que ver y por ahí en la forma no hay relación, pero aparece algo que los relaciona en posiciones similares, el escritor progre, de barba, un poco francés, un poco norteamericano, preocupado por Centroamérica, la lucha armada desde el escritorio, cierta responsabilidad, pero todo muy dócil, gente que escribe sin perjudicarse nunca, aliados laterales del mercado, que admiran mucho todo tipo de cosas, que no critican, que sobre todo no incomodan, una especie de paladín de la clase media.”

Miércoles. Últimamente se me viene a la cabeza esta letrilla Góngora casi como respuesta a todo. ¿Es realmente una “letrilla”?

“En mi aposento otras veces,
una guitarrilla yo tomo,
que como barbero templo,
y como bárbaro toco,
con esto engaño las horas,
de los días perezosos,
y vame tanto mejor
cuanto va de cuerdo a loco.”

Jueves. Hablé con Julio para empezar a estudiar chino en septiembre. Yo quería hacer algo privado pero él quiere ir a La Casa de la Cultura China o algo así, en la calle Marcelo T. de Alvear. Nos reímos pensando en quienes pueden llegar a compartir nuestro grupo de estudio. “Doce personas para estudiar chino en Buenos Aires puede implicar un tamiz interesante” pensé. Seguro va a aparecer una vieja. Si realmente empiezo debería escribir algo, un diario de imposibilidades, por ejemplo.

Viernes. Alguien le sacó una foto a un cartel en un colectivo uruguayo y la subió a Facebook. El cartel decía “Antes de descender avise con tiempo. Al chofer que leía la mente se lo llevaron los ovnis.” La clave de todo es el verbo “leer.” Lo demás, la mente, el humor, el chofer y los ovnis son todas convenciones del género.