tapa libro jack w

Por Juan Terranova. Lunes. Día del amigo. ¿Wilde sobre G.B. Shaw? “No tiene ningún enemigo en este mundo, y ninguno de sus amigos lo quiere.”

 

Lunes, más tarde. Hace unos días Gonzalo Garcés comentó en mi muro de Facebook que “Jack Williamson es el autor de un libro extraordinario: Más oscuro de lo que piensan, obra maestra de la literatura conspirativa, paranoica, erudita y larvadamente racista. Ojo con él.” Así que fui y compré el libro, Más oscuro de lo que pensáis –ligera diferencia de traducción– en Parque Rivadavia. 60 pesos. La tapa es muy linda, y la traducción, muy horrible. Lo empecé a leer en un banco, bien abrigado, pensando en el frío, en Buenos Aires y en mi adolescencia.

Martes. Un titular: “Polémica por la foto de un chico con síndrome de Down dentro de un lavarropas.” Las fotos no son gran cosa. Luego, compro libros sistemáticamente por Mercado Libre. (Estoy escribiendo sobre Zambra a pedido del perverso de Vanoli y Chile tiene un literatura hermosa y abrasiva, toda por descubrir, pero los poetas entorpecen y ensucian todo.)

Miércoles. Leí Breve historia del Museo del Prado de Francisco Calvo Serraller, un ensayo breve, editado en los libros chico de Alianza. No dice mucho. Calvo Serraller se las arregla para contar doscientos años de historia casi sin hablar de las obras y diciendo que El Padro necesita más inversión. Un libro escrito desde el énfasis del lugar común. Más tarde vuelvo del trabajo cansado y pienso en la libertad clásica, en esa variación que representaba para los clasicistas la libertad, pienso en la austeridad, en cierta elegancia, y escucho a Richter haciendo la sonata en Si menor de Haydn. Mi escucha, pese a todo, es romántica.

Jueves. Escuchando con cierta desconfianza el concierto en re menor de Sibelius tocado por Kremer. Cuando toca él me gusta, cuando toca la orquesta proponiendo esos típicos pasajes sinfónicos de amplias perspectivas me desconcentro un poco. Leo el poema L'hippopotame de Theophile Gautier, el que termina: “Je suis comme l'hippopotame;/ De ma conviction couvert,/ Fort armure que rien n'entame,/ Je vais sans peur par le désert.”

Viernes. Menos palabras, más ideas. No está mal decirlo así. Y sin embargo.

Viernes, más tarde. Cito de una entrada de Wikipedia: “No existe acuerdo respecto a la pronunciación del nombre. Lovecraft la transcribió como «Khlûl'hloo» IPA [xlulhlu], español latinoamericano «chukhúltu» «jluljlu» o «Kathooloo» IPA [kaθu'lu], español «kazulú» (con pronunciación ibérica en la z). Se aceptan [k.θulxu], [k.tu'lu], [k.θu'lu], [θetu'lu], [θeθul'hu], [ʧulu], ['tulu], ['xhukutulju], [θulu], [kuθulu] o [katulu], como pronunciaciones válidas, pero se conviene en que la forma más apropiada de hacerlo no puede ser teóricamente pronunciada por el aparato fonológico humano. La falta de precisión es típica del autor, que hace uso de la ambigüedad, de lo impreciso, de lo magmático en sus descripciones, hasta sugerir el caos, algo que provoca fobia en lo inconsciente.”