EL LADO OSCURO DE LA DEMOCRACIA DE LA PUBLICACIÓN
El comment como género

BloggerUnamunoPor: Juan Terranova. 1 El comment ya es un género literario. Un verdadero género menor. Sus frágiles límites son cada vez más reconocibles. Siempre breve, ligero, a veces ingenuo, de salutación. El subgénero “comentario anónimo”, muy difundido, se vuelve rápidamente intimidatorio, punzante, incómodo y se carga de una “mala leche” que, en un principio, desconcierta.

2. “Cualquier pelotudo tiene un bloc” (sic). La respuesta desorbitada y narcisista de José Pablo Feinmann es de una violencia tan idiota como la que se encuentra a diario en los blogs, pero mucho más comprensible. Si nos atacan, nos cuestionan, nos insultan, es esperable una reacción. Ahora bien, ¿donde nace el espiral de violencia escrita de los comments? ¿Es defensivo? ¿Quién se defiende? ¿De qué? ¿Es parte del potlach general de la web?

3. El potlach era una forma de intercambio material y simbólica pre-moderna. Los antropólogos y los escritores inconformistas la descubrieron fascinados.

4. En el comentario anónimo a veces hay lucidez, a veces no. La situación, ¿se parece al ring-raje? Esa placa de bronce brillante con todos esos botones sin custodiar. ¿Quién puede resistirse al placer de tocar y salir corriendo? Pero hay algo más, hay escritura, hay sentido. Las llamadas anónimas implican poner la voz y la voz es parte del cuerpo. Quedan entonces para Bart que enreda con juegos de palabras a Moe. “¿Está Miss Calzones?”. La traducción no ayuda y todavía estamos lejos. La práctica medieval de los anónimos en la puerta de la iglesia nos acerca apenas un poco más. Está también el mensaje de secuestro armado con letras recortadas del diario. Nada supera, en todo caso, al anónimo escrito desde la comodidad de una computadora personal. Indignación en la lectura y descargo. ¿Qué pone en juego uno cuando insulta desde esa tribuna instantánea? La prepotencia parece algo universal, ecuménico. Más aun con la posibilidad de ocultarse en el anónimo o firmar con un seudónimo de guerra.

5. ¿Es por la calidad intelectual de los actores? No creo. En todos los medios hay una cuota asegurada de indisciplina, ira, distracción, equívoco y mala leche. El crítico de cine que se descarga con una película porque su mujer le mete los cuernos. ¿Es por la cantidad de los que escriben, entonces, que se generan estos roces? ¿Cuáles son las consecuencias necesarias del libre intercambio de la web? “Es posible que la esquizofrenia sea una consecuencia necesaria de la alfabetización” dijo McLuhan. Lo que es innegable es que existe un costado oscuro, residual, pringoso. En el fascinante mundo de la comunicación digital también vive la cobardía, la sorna, la disconformidad histérica, la envidia y la cizaña.

6. Un mail mal escrito o mal leído detona una pelea. La ironía porteña se pierde en los mensajes de la web y generan resquemores, suspicacias, dudas y fricción. 

7. De golpe, navegar por los blogs y los foros de la web se empieza a parecer cada vez más a manejar un Dodge 1500 modelo ´82 con la caja de cambios rota por el microcentro porteño un viernes a las seis de la tarde.

8. Hay blogs donde los posts copian el estilo del comment injurioso, reinvindicador, destructor, que quiere ser lúcido pero se pierde en su propia violencia. Son los blogs del libertinaje intelectual donde todo es objeto de burla, donde se revuelven las heridas con la ignorancia, se desmitifica, se declara y se amenaza sin otros resultados que la siguiente andanada de intercambios. Esos blogs, ¿descomprimen o comprimen? ¿Válvula de escape o clausura y acumulamiento?

9. ¿La instantaneidad de la comunicación empieza a borrar los lazos humanos de la comunicación? Sin el roce de la cara y el cuerpo del otro, sin la traba del papel, sin la instancia del kioskero o el bibliotecario, nos comunicamos vía electricidad y cables donde las normas básicas de la educación se disuelven. El beneficio de la duda queda aplazado. Todo se vuelve agresivamente epidérmico.

10. Otra frase de McLuhan: “Los medios son extensiones artificiales de la existencia sensorial”.

11. La “democracia en el acceso a la publicación” parecería tener, entonces, un lado oscuro, pulsional, incontinente. La baba de los dementes. Los sueños de la razón. En esa línea se desenvuelve el comment agresivo.

12. Todas las utopías esconden un matadero y todas las revoluciones construyen en algún momento su patíbulo. La web se queda en el chisme y el sarcasmo.

13. La web como un abrasivo pantano de gruñidos. Insultos en la trasnoche de los blogs y los foros de discusión, en los mails entre amigos y en las cadenas de mails.

14. Hace unos años ya escribí que los hombres se dicen muchas más cosas por chat que en cualquier otra situación. Antes de la invención del G-mail, ¿dónde iban esas confesiones? No surgían en los vestuarios, después del partido de papi fútbol. No aparecían en los viajes nocturnos a la costa, los faros del auto iluminando la ruta vacía. No se escuchaban al lado de la máquina de café. ¿O sí? Es probable que no existieran. Con los insultadores quizás pase lo mismo. Un tipo leía una nota en una revista y solamente podía marcar el desacuerdo en su cabeza, anotar al margen sus injurias, discutirlas con un colega o pedir el derecho a réplica en el próximo número. Pero no podía ponerlas a rivalizar con el autor del artículo en los comments. Ni denigrarlo automáticamente.

15. Las posibilidades de la web nos vuelven también más intolerantes y agresivos.

16. El narcisismo trascendental de Miguel de Unamuno puede desglosarse en dos afanes radicales. Por un lado, ansia de inmortalidad. Por otro, ansia de conflicto polémico. Los dos constituyen, como es obvio, propósitos de autoafirmación, incluso de regodeo en el propio yo. El tipo era un blogger sin blog.

17. Baruch de Spinoza fue un pensador estimulante y positivo que nunca dejó de promover la luz,  la armonía y la amistad. Al poco tiempo de haber muerto, una rencorosa mano anónima escribió sobre su lápida: “Escupe sobre esta tumba: aquí yace Spinoza. ¡Ojalá su doctrina también quede sepultada y no se propague su pestilencia!”.

18. El comment como género del prejuicio y el resentimiento. Algo de literatura tiene que haber ahí entonces. 

19. Hace unos años, la peor forma de conocer a un poeta, narrador o ensayista era una entrevista hecha por un suplemento cultural. Hoy, la peor forma es por los comentarios dejados al pasar en un blog ajeno.

20. Lo peor siempre es atractivo.

21. Otra cita de McLuhan sacada de su libro Contraexplosión: “El hombre electrónico como el hombre prealfabético, extrae por ablación o externaliza al hombre total. Su ambiente de información es su propio sistema nervioso.” 

22. Contraexplosión publicado originalmente en 1969 es un sitio web avant la lettre. La versión en español se puede descargar de Internet.

23. A principio de los 50, Leo Fender piensa y construye sus primeras guitarras. Eran animales experimentales hoy muy buscados por los coleccionistas. Del lanzamiento original en enero de 1951, Fender vendió ochenta y siete instrumentos con el nombre “Broadcaster”. Gretsch, un competidor natural, se quejó diciendo que era una copia de su línea “Broadkaster”. Fender tuvo que cambiar el nombre a “Telecaster”. Cientos de folletos, cajas y publicidades ya impresas fueron destruidos. Durante un tiempo las guitarras salieron de la fábrica apenas con el nombre de “Fender”. Los coleccionistas llaman a estas rarezas “no-casters”. No es difícil imaginar a un pibe de zona norte usando esos diseños ya serializados y convertidos en una marca global. Podemos pensarlo en zona norte, viviendo con sus padres en una departamento de tres ambientes. En la intimidad de su cuarto intenta sacar un tema de Flema con su guitarra nueva y está convencido de que si algún día logra formar una banda de garaje va a ser el tipo más feliz del mundo.

24. El poder de la negatividad nunca puede ser sobreestimado.

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