SIMULA, DISIMULA, NO CONFÍES EN NADIE
La brújula política del 1600

Cardenal MazarinoPor: Juan Terranova. Mientras en Europa se aprueba la ley anti-inmigración y la Argentina escucha los comentarios patrios de los anti-argentinos, Distribuciones del Futuro me manda, como una señal, el Breviario de los políticos del Cardenal Mazarino. La esmerada traducción de Alejandra de Riquer y la hermosa edición de Acantilado, sumada a la síntesis del texto, invitan a la lectura. El estilo parsimonioso de Mazarino, menos que el tema del libro, ayuda a poner un poco de aire entre la televisión, la calle y la ansiedad.

Un hombre del poder

Julio Mazarino (1602-1661) nació en Roma o en los Abruzzos, de familia siciliana. Antes dedicarse a la intriga profesional, participó en batallas como militar de carrera. Richelieu lo hizo cardenal. Después de la muerte de Luis XIII se transformó en regente de Francia. Su gobierno, muy cuestionado, siempre contó con el apoyo de Luis XIV y de Ana de Austria. En testamento le dejó al Papa sus dinero y al pueblo de Francia, la biblioteca que hoy lleva su nombre. 

El breviario

El Breviarium Politicorum Secundum Rubricas Mazarinicas es una cristalina y previsible serie de consejos antes para hacer política que para llevar adelante un gobierno. “No para engañar, sino para no dejarte engañar” dice en el prólogo. Pero la voz no suena tan convencida. Traducida de la edición de 1684, el Breviario tampoco es genial. Más bien roza permanentemente los lugares comunes de las prácticas en sociedad. Hay que portarse bien. Y si uno se porta mal, que nadie te vea. Sin embargo, en el detalle, Mazarino logra calentar el ambiente frío del palacio. “Los entregados al vino y a Venus apenas pueden guardar un secreto” escribe. En un mundo donde la idea de moral estaba tan desdibujada como en alza el asesinato político, la lujuria y las traiciones, Mazarino funciona como una conciencia ética, que obviamente cada tanto resbala. Esos son sus mejores momentos. “Te será útil interceptar de cuando en cuando las cartas de tus subordinados, leerlas atentamente e incluso contestarlas” escribe y más adelante agrega en un lenguaje proto-lombrosiano que colorea todo el libro: “Guárdate de los hombres de baja estatura: son tozudos y soberbios”. 

El resumen

Anticipando la modernidad en su extensión, el Breviario, que se presenta como “un libro útil”, incluye sobre el final un resumen de la obra. Los cinco puntos básicos sintetizados por el autor son: simula, disimula, no confíes en nadie, habla bien de todo el mundo y prevé lo que vas a hacer. La parte final de los “axiomas” también impulsa esa mezcla de precaución extrema más astucia y recelo. Así, lejos del político audiovisual contemporáneo, Mazarino promueve la idea del político-ninja que se mueve en las sombras. También sabemos de esos en la Argentina. 

Sin anécdotas

Mazarino no era un narrador dedicado ni productivo, y sus elaboraciones teóricas hoy suenan débiles. Sin embargo, para su época de nuevo ricos poderosos enseñar el recato y la mesura era revolucionario. No es posible aprender a hacer política con un manual. El libro, artefacto potente, quizás el más poderoso de los siglos pasados, también tiene limitaciones. Al terminar la lectura del Breviario de los Políticos nos queda la sensación de que lo más importante no se nos dice. Faltan las anécdotas, las miserias, las confesiones y la sangre, elementos fundamentales del quehacer público. Mazarino fue un político exitoso. Murió rico. Anticipó el humanismo y es probable que sus intenciones fueran buenas. Hoy, son los empresarios de medios y espectáculos los que sacan mejor provecho de sus sobrios consejos.

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