TALENTO ARGENTINO Y AMERICA´S GOT TALENT
Parecidos pero diferentes

Talento ArgentinoAmerica´s got talentPor: Adriana Amado Suárez. Hay quienes suponen que los formatos globales son todos iguales. Pero eso es porque no miran bien. Tomemos el caso de los reality contests, esos concursos que ponen a competir aficionados que quieren ser reconocidos como artistas profesionales. Como Talento Argentino. Estos productos parecen calcarse en los distintos países en que se emiten, pero si se los ve de cerca, son muy diferentes. Pongamos por caso la primera temporada que está a pleno en Argentina y la de Estados Unidos, que se terminó de ver hace poco por Sony (aunque por allá ya entran a la cuarta).

En ambas versiones el casting tiene los mismos caracteres: personaje popular, personaje técnico, personaje tierno. En la versión del norte el popular es David Hasselhoff, más conocido como el bañero  de Baywatch o el conductor del Auto Fantástico. En Argentina, el popular es Quique Teruel, más conocido por Los Nocheros. El técnico es el periodista crítico de espectáculos Piers Morgan, que importaron del Reino Unido para darle un toque de acidez a la pantalla. Como periodistas técnicamente críticos por estos lares no hay muchos (y su parodia, Lafauci, está en exclusividad con Ideas del Sur), Telefé prefirió asignar el rol duro a Maximiliano Guerra (y de paso, sacar al cuarto poder del compromiso). La ternura en ambos shows queda, obviamente, en manitos femeninas: Brandy en la primera versión norteamericana, Cathy en la local. El casting puede parecer idéntico pero en los detalles está la diferencia.

Ambos shows proyectan en pantalla el talento de entrecasa. Pero incluso los que se repiten en las dos versiones, no son los mismos. Por ejemplo, el número de cambio rápido de ropa: en la versión de la NBC la pareja (Quick Change) venía haciendo su show en Nueva York, Las Vegas y cruceros en las Bahamas. La parejita local (el dúo Germano) lo estaba presentando en Tucumán. La abuela rappera del norte de América estuvo ahí de ganar la final por onda y creatividad. La abuela coplera del norte argentino ganó el corazón del público por su simpleza. Pero fue eliminada. Y mientras a cada presentación, el jurado de America’s got Talent les planteaba exigencia propias del espíritu protestante del capitalismo, al de Talento Argentino no le queda más que alentar el candor que lleva a cada concursante a presentar sus gracias ante el público. Bien dicen allá “There’s no business like show business”, y nosotros, “Lo atamo’ con alambre, lo atamo’”

Y así, sutilmente, cada show ofrece en dosis gruesas lo más característico de cada cultura. Por eso, y paradójicamente, este show global es por lejos el programa más federal de la TV argentina, que nos muestra personajes que viven, como muchos argentinos, a la gorra. Hasta los freaks en la versión estadounidense parecen profesionalizados, aunque atajen huevos duros con la boca o hagan zapateo americano con las manos. En los cascados teatros locales, en cambio, todo es como un acto de fin de año del bachiller. El megaespectáculo al estilo Las Vegas para allá; la estudiantina para las bambalinas argentinas. Mientras la máquina del show business en el norte no cierra por recesión, por acá las sucesivas crisis se notan en cada disfraz casero y en los enormes esfuerzos que se adivinan en cada artista. Y en que el premio es un 3% del que dan por allá. Pero eso sí, los norteamericanos tendrán más plata y más espectáculo, pero andan escasos de presentador. Nosotros, en cambio, lo tenemos al gran Peluffo, y lo queremos, porque como todo el resto del show, es ciento por ciento argento.

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