NUEVA TENDENCIA EN LAS NOTICIAS DE FARÁNDULA
Mi test es positivo

Evangelina Anderson y ecografía en Perfil Por: Adriana Amado Suárez. Años atrás parecía que la familia modelo Falcón había sido reemplazada por las disputas amorosas y divorcios patéticos que llenaban las noticias del espectáculo. El género chimento había desarrollado el subgénero “Sepárese en cámara” donde se ventilaban las intimidades maritales de las estrellitas del firmamento vernáculo. Curiosamente, antes de reafirmarse, la tendencia se revirtió al punto de que la onda ahora es anticipar embarazos. En apenas unos años, los escandaletes domésticos de dos al peso que llenaban la nada vespertina de la tele, fueron reemplazados por una noticia más familiar, que es casi una vuelta al hogar.

Así, en lugar de la cámara subrepticia que delataba la traición y abonaba la separación, hoy los programas del espectáculo exhiben en cadena la imagen borrosa de una ecografía, como para que el vástago vaya acostumbrándose a la celebridad como forma de vida desde nonato. Es que el diagnóstico temprano del embarazo no solo es un avance para la ciencia, sino que ha sido un aporte inestimable para promover la prensa de estrellitas de mediano alcance. No estamos, claro, hablando de las imágenes millonariamente cotizadas de la prole de Angelina Jolie, sino de la transmisión en reality show de los avances de la concepción del hijo de una aspirante a famosa, para quien estar en cámara no tiene precio.

 El atraso es “prensable” por donde se lo mire, porque aunque no signifique un embarazo pleno, su pronta revelación garantiza, por lo menos, dos noticias: que el Eva Test dio positivo y, si no prospera, la de que no tendremos ecografía para mostrar, como les pasó a Pamela David y a Mariana de Melo. En el caso de que el embarazo no fuera más que una presunción, la estrellita agradecerá la posibilidad de dar su desmentida a los móviles que la esperan a la salida de la sesión anticelulítica. Si tenemos la suerte de que la cosa avance, la aspirante a celibrity tendrá la excusa de mostrar a cámara su incipiente panza para informar a la sociedad de los sutiles cambios corporales. Este recurso demostró ser más productivo que las disputas entre las competidoras de los programas de Tinelli, que a falta de méritos artísticos encontraron la veta de destacarse por motivos tan culturalmente loables como la procreación. Evangelina Anderson, Marina Calabró y Jimena Cyrulnik ya preparan la agenda de notas en retribución a los auspiciantes de cada momento memorable, llámese eco tridimensional o donación de células madres, como les enseñó Nicolle Neumann.

Tal parece ser la curiosidad de la prensa por esta novedad tan íntima, que muchas de estas futuras madres declararon que tuvieron que ir a comprar el test de embarazo de incógnito o por interpósita persona, porque al parecer, las fuentes privilegiadas de estas novedades son los dependientes de farmacias que deducen la posibilidad de gravidez al facturar el producto a una cara famosa. O los empleados de laboratorios que al ver una muestra de sangre con un apellido célebre, se sienten en la obligación de comunicar al mundo la eventualidad. Como le debe haber pasado a Karina Jelinek, a quien el embarazo de su hermana le permitió recuperar un poco de la fama perdida desde que no tiene pantalla para desmayarse.

En un mundo por todos lados desalentador, que haya gente obstinada en continuar la especie es un notición que recorre el mundo. Pero en estos casos, se agrega la esperanza de que muchas de estas chicas dejen de insistir con sus improbables talentos artísticos, para cifrar su sustento en el descendiente, sobre todo si es vástago de un futbolista cotizado. O sea, una liquidez del amor distinta a la que había pensado Bauman. Que si no se efectiviza también se reclamará en esa misma tele que conoce a estos niños de cigota, y que no se perderá la disputa por la cuota alimentaria, que inaugura hoy Amalia Granata. Y que descontamos mantendrá ocupadas futuras emisiones.

{moscomment}