Por Adriana Amado - @adrianacatedraa Imaginemos que un día aterriza de pronto un antropólogo despojado de los prejuicios hacia la cultura urbana y que en su observación se encontrara con unas manifestaciones de cariño expresadas sin freno en las redes sociales. Seguramente recopilaría las innúmeras fotos de abrazos y besos y registraría las incontenidas interjecciones con las que los fanáticos expresan sus afectos a los ídolos. Si observa el tiempo suficiente, vería cómo muchas veces se traducen en convocatorias multitudinarias para expresar su apoyo al proyecto o en petitorios para enunciar su disidencia con el giro que estaba tomando. Seguramente tendría una buena ponencia para presentar en un congreso acerca de cómo la sociedad argentina se movilizó en 2012 por la última telenovela del día.
Mientras nos anonadábamos por el aporte que hacían las redes a las manifestaciones del 13S y el 8N, resultó que se nos estaba pasando el gran fenómeno 2.0 del año. Uds. podrán decirme que más de veinte páginas en Facebook y otras tantas direcciones de Twitter dedicadas a un programa de televisión no es mucho. Sin embargo, una sola de esas fanpages tiene cuatro veces más seguidores que la página oficial de Facebook/Afscadigital, que derrochó propaganda y acaparó la agenda mediática con su frustrado 7D. Incluso cualquiera de los videos de Marcoria que suben los simpatizantes en YouTube supera ampliamente los escasos suscriptores que el canal de la Televisión Digital Abierta o cualquiera de sus ficciones patrocinadas. Qué tendrá Marcoria que sí consigue despertar entusiasmo y agradecimiento en sus audiencias.
Marcoria es un acrónimo de los nombres de ficción de los protagonistas de la telenovela “Dulce amor”: Marcos Guerrero (Sebastián Estevanez) y Victoria Bandi (Karina Zampini), también apelados por la versión Zampivanez. Siendo una ficción simplona, que se parece mucho más a la tele de Romay que a la que auspicia con millones De Vido, a la crítica le costó clasificarla y encontrar razones de su éxito. Porque lo cierto es que con menos pretensiones que más de una ficción que pasaron por la tele sin pena ni gloria, “Dulce amor” se mantuvo cabeza a cabeza con “Showmatch”, el tótem del entretenimiento nocturno.
Según el listado que elabora ar.comenta.tv, en los últimos meses del año la novela estuvo entre los tres programas más comentados en las redes. Y en el sitio oficial de Telefé fue elegida como la ficción del año después de “Graduados” y lejísimos de “El donante”, producción de la nueva tanda auspiciada por el gobierno, que no logró juntar más de 44 votos de los más de ocho mil convocados. Pero en la categoría pareja del año Marcos y Victoria se impusieron a Andy y Loli protagonistas de la serie más festejada por la crítica, que no llegó a ver el fenómeno de popularidad de la novela. Así es que pasó desapercibida por la prensa una movida excepcional en las redes, que descubrí gracias a que a @AnguloNataliaLA se le ocurrió traer el tema para su examen final. Ahí recién entendí que en los meses en que las redes agitaban políticamente la opinión pública también movilizaban a los fanáticos del programa hacia una manifestación emocionada en el Obelisco, que mereció incluso respuesta oficial de la telenovela.
Ya habíamos tratado de explicar las razones de la popularidad de estos programas que vinieron a darle pantalla al grupo social menos comprendido por los analistas de estos tiempos, especialmente en lo que hace a sus gustos televisivos. Ahora nos queda tratar de entender cómo es que la clase media también elige en la televisión y se expresa emotivamente en las redes, con un entusiasmo y un amor que algunos creen exclusivo de la política. Además de la página oficial que propone el canal, están “Marcos & Victoria = Marcoria”, que llega a los veinte mil fanáticos y muchas otras que se explican desde el título: “Marcoria Patagonia”, “Marcoria mayores de 21” para las escenas más calientes, “Marcoria hasta el fin del mundo y nuestro dulce amor”, “Marcoria, nuestra razón de Sonreir”, “LoCura Marcoriana & Zampinistica”. Todas derraman una dulzura que supera en mucho a las golosinas de la fábrica recuperada más popular de la TV. La presentación de las más de veinte direcciones de Twitter tampoco escatima en expresiones de afecto ni disimula limitaciones gramaticales:
-Carina Tiene Aguante @MarcoriaOK: Si lo puedes soñar, lo puedes cumplir. C L Z. / Admiración y amor por, @ZampiniCarinaOk mi ídola. / Amor por #Marcoria y @sebaestevanez ♥
-ʈrío ℒuminoso † @WeLoveMarcoria Admiración por @ZampiniCarinaOk & Pasión por #Marcoria ♥ Victoria Bandi & Marcos Guerrero #DulceAmor {Since17/2} ☺
-Amαndo α Cαri ♥ @LoveForMarcoria ★Los que sueñan son felices hasta el fin ~ ♪ Idolos: #CariZampini & #SebasEstevanez, ellos me hacen feliz. Aguante #DulceAmor & #Marcoria ♥ Creado: 30/05/12
-DulcePerfección. @AmoMarcoria Esa novela que empezó el 23 de Enero de 2012, me cambió la vida. Amo a @ZampiniCarinaOk, mi felicidad. Adicta a Marcoria.
-Te-Amo-[♥] @MarcoriaOka Si tuviera que elegir entre MI MUNDO y vos eligiría mi MUNDO porque mi MUNDO ERES TU @ZampiniCarinaOk ♥.♥ Argentina♥
Y siguen las firmas. Quizás la explicación la tenga el “marcoriano patagónico” que en Crónica TV se presenta como profesor de filosofía atento a las complejidades, que mira la novela desde Caleta Olivia y dice que si una producción buscara generar ese movimiento no lo hubiera conseguido, que la magia se dio de contactarse de a poco, comentando la novela cada noche. Será eso y también que los actores con su cercanía provocan comentarios agradecidos como el de @agus_guchi que decía de @ZampiniCarinaOK: “no solo es una actriz de la puta madre, tiene todo el carisma, me transmite una alegría inmensa, y tiene la humildad de los grandes de tomarse el tiempo de contestarle a los fans. Hoy fue mi día de suerte”. La actriz apenas le había agradecido un tuit.
La tira, en su simplicidad de guión y rusticidad de actuaciones, con diálogos del tipo “-Perdí la cabeza (Victoria); -Pero encontró el corazón (Marcos)", se acerca mucho a una gran parte de la sociedad de vida corriente, alejada de las gestas de las ficciones que se proponían “para todos”. Marcoria es el manifiesto del mundo cotidiano y del amor cortés encarnado por el morocho del conurbano que, alejado del estereotipo burdo de las productoras palermitanas, tiene dentadura perfecta, buen corazón y amor alegre. Y que se come las letras igual que sus seguidoras. Un perfecto príncipe encantador para el año que vivimos en alerta constante.